Cómo exprimir una escapada de 48 horas en AlmeríaAlmería acaba de ser proclamada Capital Española de la Gastronomía para 2019, un empeño de su ayuntamiento que –entroncando perfectamente con la campaña «Sabores Almería», que lleva desde hace algún tiempo la diputación de la provincia– pretende convertir a esta ciudad en una referencia del buen comer. Algo complejo, dada la gran competencia que tienen en toda España y, concretamente, en Andalucía. Pero Almería tiene buenos motivos para confiar en sus productos, especialmente en los salidos del mar y de la huerta. O, mejor dicho, de los dos mares: el de agua y el de plástico. Gambas rojas y tomates raf; gallopedros y pimientos; pulpos y pepinos… Si bien la mayor parte de la producción de los infinitos invernaderos almerienses se destina a la exportación, su presencia garantiza la abundancia de hortalizas frescas durante todo el año. No sólo las variedades clásicas, sino también nuevos cultivos con diferentes propiedades, para aquellos cocineros que prefieran innovar. Uniendo esto a la tercera lonja andaluza en volumen de ventas (en euros) y primera en gamba roja y a otros productos de la provincia como el aceite de oliva, el vino, el queso de cabra, los embutidos, las conservas y salazones, el cerdo y otros muchos el resultado es una cocina de raíces muy tradicionales, nada pretenciosa y con mucho sabor. Una buena forma de empezar a degustarla es irse de tapas por el centro del Almería, por bares de toda la vida, de ambiente popular y taurino: El quinto toro, Entrefinos, Las botas o el más conocido de todos: Casa Puga, uno de los bares más antiguos de toda Andalucía –si no el que más–, abierto desde finales del siglo XIX. La cultura del tapeo en Almería tiene sus peculiaridades: las tapas no sólo van incluidas en el precio de las consumiciones, sino que es posible que cada persona pida la tapa que prefiera de entre las que ofrece la casa (y la lista suele ser larga), con una nueva tapa con cada copa, además de poder pedir tapas adicionales pagándolas aparte; en los bares más tradicionales aún es posible ver a los camareros apuntando las consumiciones y sumando el total en el mármol de las barras. Tan recomendables son las tapas en Almería que, entre carnavales y Semana Santa, la asociación provincial de hosteleros (ASHAL) organiza una ruta dedicada a las mismas y que será considerada Bien de Interés Cultural a partir del próximo año. Varios de estos bares están muy próximos al Mercado Central, un bonito edificio de 1892 (restaurado en 2012), con cinco naves y dos plantas, en donde se puede comprobar personalmente la variedad del producto almeriense y, ocasionalmente, disfrutar de actividades como «showcookings». Tras ello –a menos que no nos hayamos podido resistir a hacer excesos con las tapas y prefiramos dejarlo para la cena– sería un buen momento para probar alguno de los muy buenos restaurantes almerienses. En establecimientos tan recomendables como Casa Sevilla, Catamarán o el restaurante del Hotel Catedral (un bonito edificio junto a la seo de la ciudad) podemos empezar con queso, jamón o marisco y seguir con una carne al punto o un pescado preparado como debe ser: de forma simple, dejando que el pescado fresco y de calidad hable por sí mismo. Por supuesto, también hay hueco para platos de cuchara como el ajoblanco, guisos, postres y vinos. Para la tarde, una buena idea puede ser rendir un homenaje al pasado árabe de la ciudad, disfrutando de un té, una limonada o unos dulces en alguna de las múltiples teterías de la ciudad. Almedina, con un local en la subida a la Alcazaba y otro justo enfrente de esta antigua fortaleza, es quizá la más típica de todas. Siguiendo con la herencia cultural local, una buena opción para la cena es ver si alguna de las muchas peñas flamencas de la localidad va a celebrar algún acto. En peñas como El Morato es posible entrar como si se tratase de un bar normal, pagando las consumiciones y las raciones que se quieran mientras se ven espectáculos de flamenco de artistas locales de muchísimo nivel, rodeado de entusiastas de este arte. No se trata del flamenco prefabricado para turistas que se quiere vender a veces, sino de verdaderas peñas locales con décadas de actividad y que organizan conciertos al gusto de sus miembros, lo que garantiza la calidad y la autenticidad. Todavía queda mucho por saber sobre cómo va a ser la capitalidad gastronómica de Almería. Hace tan poco que se ha anunciado la misma que aún no se conocen los planes concretos del ayuntamiento, qué tendrá que ir desgranando los actos, eventos y formas de promocionar la ciudad y su gastronomía que vaya a llevar a cabo. En todo caso, cuenta como baza para animar a los visitantes con los muchos atractivos de la zona: el Cabo de Gata, la ya mencionada Alcazaba, las playas de la costa… Y, una vez que hayan ido, los sabores de Almería los atraparán.

Share Button

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *