La playa más fotografiada del mundo y otros tesoros de SeychellesLas Seychelles es un destino paradisíaco: esta idea ronda la cabeza de cualquiera, sobre todo en el invierno europeo. Las 115 islas de este archipiélago del Índico enamoran por sus selvas de tupida vegetación y cascadas, una fauna endémica, unas playas de arena blanquísima cortejadas por auténticas moles graníticas que parecen dispuestas por gigantes, y unos ricos fondos marinos en corales. El Gobierno de este archipiélago del Índico asegura que en este lugar se respira el aire más puro del planeta y una buena manera de comprobarlo es viajando a tres de sus islas más famosas: La Digue, Praslin y St. Anne. Anse Source d’Argent
Se encuentra en La Digue, el paraíso más preciado de las Seychelles, y está considerada una de las playas más hermosas para tomar el sol y bañarse. Se dice de Anse Source d’Argent que es el arenal más fotografiado del mundo, pero conviene saber que para ver sus aguas color azul turquesa y pisar su blanquísima arena y sus impresionantes moles de granito junto al mar hay que pagar una entrada de 100 rupias (unos 7 euros) en una vieja plantación de coco y vainilla que se llama Union State, a un par de kilómetros del puerto de la isla en La Passe. Con ese ticket puedes visitar también el viejo cementerio con los restos de los primeros colonos franceses, un terrario de tortugas gigantes y una fábrica de copra (la pulpa de la que se extrae el aceite de coco). Un consejo: visita esta playa en pleamar sorteando sus grandes piedras, pues su belleza resulta más cautivadora y sus aguas más espectaculares. El Jardín del Edén Isla de PraslinHablamos de un bosque prehistórico en la isla de Praslin que no pisó el hombre hasta 1930. Cuando el general británico Charles Gordon lo admiró por primera vez en 1881 quedó maravillado con la flora del archipiélago y sobre todo por el coco de mar, el bíblico árbol del bien y del mal. De ahí que el militar comparara este oasis de palmeras del Océano Índico como un auténtico «Jardín del Edén». Ahora, lo atraviesan miles de visitantes para admirar este coco de mar, único en el mundo y sugerente por su forma ya que recuerda la de un trasero humano con los órganos genitales femeninos. Cada coco puede alcanzar un valor superior a los 300 euros, aunque como es lógico está prohibido arrancarlos de las 7.000 palmeras de este parque protegido por la UNESCO desde 1983 que cuenta también con otro anfitrión exclusivo: el loro negro. En Praslin se localiza uno de los resorts más hermosos del archipiélago, el Constance Lemuria Seychelles, con campo de golf incluido, el único que existe en las islas. El complejo está ubicado en la costa noroeste de esta islas, con las olas del Océano Indico quebrando suavemente en las orillas de su tres playas de arenas blancas, y está rodeado de una exuberante vegetación. Las villas, elegantes y decoradas con maderas, mármol, piedra caliza y granito rosa, están camufladas entre las palmeras del hotel, y su encantador spa propone una amplia variedad de masajes y tratamientos en un entorno relajante, entre árboles de bambú y palmeras. La isla con más historia
Sainte-Anne está situada en la misma bahía del puerto de Victoria, y en sus aguas se encuentra desde 1973 uno de los parques marinos más bellos del Índico, donde todavía se puede ser testigo del desove de las tortugas, pero la isla ha tenido muchas funciones diferentes a lo largo de su historia: lugar de plantaciones importantes, área de tránsito de esclavos, centro de producción de aceite de ballena, depósito de petróleo y estación de combustible durante la II Guerra Mundial. Islas artificiales
Destinado a millonarios árabes, sudafricanos y seychellianos en Victoria. Se trata de un complejo de lujo, construido sobre un arrecife coral recuperado, con tiendas de las primeras marcas, villas de entre 600 y 3.000 metros cuadrados con precios por las nubes, playas y piscina privadas y una espectacular Marina a la que han llamado, como no, «Eden Island». Más información: www.seychelles.travel

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