PABLO SEGARRA
- La capital de Austria, a orillas del Danubio, cuenta con una impresionante oferta cultural entre palacios, museos, iglesias…
- En Viena destacan desde hace décadas sus históricos cafés, pero también está abriéndose paso su rica y vanguardista gastronomía.
- La ciudad se siente orgullosa de su Ópera, una de las más importantes del mundo, al igual que su orquesta filarmónica o su coro de niños cantores.
Viena, capital de Austria, cuenta con una impresionante oferta cultural. Si cuentan con pocos días para visitarla, y nunca antes la han visto, hay algunos monumentos que no deberían perderse.
La ciudad, la antigua ‘Vindobona’, fue fundada por los romanos un siglo después de Cristo. Hoy cuenta con una población aproximada de 1.600.000 habitantes.
Entre los principales monumentos está el Palacio Hofburg, el más grande de Viena, que fue la residencia de la familia Habsburgo durante más de 600 años. Allí se encuentra, entre otros, el Museo Sisí, en el que se puede descubrir la vida de la famosa emperatriz, así como los apartamentos imperiales que compartió con el emperador Francisco José.
El palacio, situado en la parte antigua de Viena, a orillas del Danubio, cuenta con más de 2.500 estancias, repartido en 18 alas. Actualmente es la residencia del presidente de la República austriaca. Para visitarlo, una opción es coger la línea U3 del metro y bajar en la parada ‘Herrengasse’.
El Palacio Belvedere, de estilo barroco, acoge hoy la Galería de Austria, la cual le presenta la mayor colección de obras de Gustav Klimt, con cuadros tan famosos como El beso, y Kokoschka, como también obras de Schiele. Se encuentra en la calle Prinz-Eugen-Strasse 27.
Otro de los símbolos de Viena es la Catedral de San Esteban, de estilo románico tardío con ampliaciones barrocas, está situada en pleno centro, en el casco histórico. Es la iglesia principal de la ciudad, sede de su arzobispo.
En el centro también se encuentra la Escuela Española de Equitación, basada en la doma clásica (fundada en 1571), y otro de los símbolos de Viena. En 2015 fue designada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La oferta de Viena en cuanto a museos es también muy rica. Destacan, entre otros, el Museo de Bellas Artes, con la mayor colección del mundo de cuadros de Bruegel; la Albertina, con la mayor colección gráfica del mundo (60.000 dibujos y un millón de obras gráficas) o el Museo Leopold, con la mayor colección de obras de Schiele.
Otro de los grandes atractivos de la capital de Austria es su vinculación con la música. La Ópera del Estado (Staatsoper) es una de las más importantes del mundo, al igual que su orquesta filarmónica o su coro de los niños cantores. Compositores como Mozart, Beethoven o Haydn están muy vinculados a Viena. En la actualidad, por ejemplo, se puede visitar en el Museo del Teatro de Viena la exposición Tenorissimo, una muestra multimedia que rinde homenaje al 50 aniversario del debut del tenor español Plácido Domingo en la Ópera de Viena.
Uno de los placeres de Viena es perderse por sus calles y disfrutar de los numerosos e históricos cafés. Algunos de los más conocidos son el Café Central (Herrengasse 14), uno de los más importantes del siglo XIX ya que acogía a intelectuales como León Trotsky o Sigmund Freud.
El histórico Café Mozart (Albertinaplatz 2), situado frente al museo Albertina, aparece en la película El tercer hombre. El Café Sacher (Philharmoniker-Strasse), es también un hotel. En él se puede degustar uno de los dulces austriacos por excelencia, la deliciosa tarta Sacher (elaborada con bizcocho de chocolate, una capa de mermelada de albaricoque y recubierta de un glaseado de chocolate negro). Si visita el Café Korb (Brandstätte 9) pruebe el strudel de manzanda de Viena.
En cuanto a la gastronomía, sin duda uno de los platos estrella de la comida austriaca es el Wiener Schnitzel o escalope vienés. Se prepara con una rebanada fina de carne de ternera, se sumerge en harina de trigo, huevo batido y pan rallado antes de ser frito en mantequilla clarificada. Hay otra versión típica en Viena que se prepara igual pero con carne de cerdo. Tradicionalmente se ha servido con ensalada de patatas y rodajas de limón, pero en la actualidad el Schnitzel también se puede acompañar de arroz, patatas fritas o ensalada de lechuga y tomate.
Algunos restaurantes donde se puede saborear de un excelente escalope vienés son el restaurante Lugeck (en la calle Lugeck 4), el Weinbar (Frleischmarkt 16), el Schnitzelwirt (Neubaugasse 52) o la taberna tradicional ‘Heurigen’ Mayer am Pfarrplatz (en Pfarrplatz 2).
Pero la comida austriaca está despuntando y va mucho más allá del filete vienés. Para demostrarlo, los mejores chefs de Austria cocinan durante dos días de septiembre sus mejores platos vanguardistas en la feria Gault Millau Genuss-Messe, en el Kursalon Viena. Los pasados 9 y 10 de septiembre lo mejor de la gastronomía vienesa estuvo representado, entre otros, por Heinz Reitbauer, del restaurante Steirereck; Silvio Nickol, del restaurante del mismo nombre; o Juan Amador, del restaurante vienés Amador’s Wirtshaus.
Otro de los restaurantes de moda en Viena es el Motto am Fluss, ubicado sobre el moderno embarcadero en las inmediaciones del río Danubio, en la unión entre la Viena antigua y la moderna. Consta de dos ambientes: el restaurante con lounge bar en la planta inferior y el bar-café en la superior, con zona de terraza descubierta.
Las opciones de disfrutar de la magia de Viena son múltiples, ya sea a través de la cultura y su riqueza monumental o a través de su rica y pujante gastronomía.