EUROPA PRESS
- En el Vinseum se puede descubrir cómo la tradición ha girado históricamente alrededor de la vinicultura.
- Por Vilafranca pasa la conocida ‘Carretera del Vino’, que recorre el antiguo trazado de las viñas a las playas de Garraf.
El enoturismo brinda al viajero la oportunidad de sumergirse en el entorno rural y disfrutar de sus colores, olores y sabores. La denominación de origen Penedès es uno de los principales destinos enoturísticos del país. Aquí se localiza Vilafranca del Penedès, un municipio barcelonés que ofrece la oportunidad de visitar diversas bodegas y de realizar rutas de senderismo para conocer de primera mano cómo son los viñedos. Después siempre se podrá degustar el sabor del vino del Penedès.
Un buen punto de inicio para arrancar la ruta enoturística por esta localidad catalana y sus alrededores puede ser la visita al Vinseum (Plaza Jaume I, 5) un espacio en el que se exponen elementos ligados a la cultura del vino y en el que los visitantes pueden descubrir cómo la tradición ha girado históricamente alrededor de la vinicultura.
Para descubrir más peculiaridades sobre el vino y, sobre todo, disfrutar degustándolo, una buena opción es visitar alguna de las bodegas del municipio o hacer una ruta por varias. Sin salir del centro de Vilafranca se pueden visitar las bodegas de Antoni Mascaró y Pinord Vins i Caves. Abandonado el casco urbano, en la carretera de Vilafranca del Penedès a San Martí Sarroca se encuentra la bodega Caves Heretat Mas Tinell y las bodegas Miguel Torres, que también se pueden visitar, están localizadas a las afueras de la población, concretamente en la finca el Maset s/n.
Por Vilafranca también pasa la conocida como ‘Carretera del Vino’, un camino que, por carretera, recorre el antiguo trazado comercial que lleva desde las viñas del Penedés a las playas de Garraf, lugar desde el que los romanos comercializaban los vinos de la región. La ruta parte desde Sant Martí de Sarroca y hace parada en doce bodegas de la región. Antes de llegar a Sitges, lugar en el que finaliza, se para en las bodegas Torre del Verguer, Pinord, Cava & Hotel Mas Tinell, Cellers Torres, Clos Lentiscus, Colet Clàsic Penedès, Finca Viladellops, Mas Bertran, Parés Baltà, Puig Batet, Rovellats y Torreblanca.
Rutas para todos los gustos
El entorno natural de Vilafranca del Penedès ofrece a visitantes y locales la posibilidad de realizar diversas rutas a pie o en bicicleta atravesando las zonas de viñedos para disfrutar de los paisajes de la región y observar en primera persona cómo evolucionan los cultivos:
- Ruta del Parque de Olèrdola
Se trata de 7,1 kilómetros de ruta (aproximadamente cuatro horas de trayecto) que transcurren por el camino de la Serreta y que van hasta el conjunto monumental de Olèrdola, un espacio arqueológico e histórico declarado Bien Cultural de Interés Nacional, desde el que se pueden apreciar unas magníficas vistas de la llanura del Penedès y la costa del Garraf. - Ruta al Parque dels Talls de Vilobí
Esta ruta, de 7,5 kilómetros de largo, pasa por cuatro pequeños lagos de la zona que representan la evolución de unas antiguas canteras de extracción de yeso de la época romana que por la inactividad se han transformado de manera natural en humedales de gran riqueza ecológica. - Ruta a Santa María dels Horts
Esta ruta corta, de solo 6,2 kilómetros, no se aleja mucho del casco urbano de Vilafranca y permite llegar en apenas una hora y media hasta la ermita romántica de Santa María dels Horts, una edificación del siglo XII. - Ruta de la Torre de les Aigües
Este es un itinerario llano de 4,9 kilómetros que pueden recorrerse en 1 hora y veinte minutos aproximadamente. El destino es la Torre de les Aigües, una edificación típica de la arquitectura industrial de principios del siglo XX que abastecía de agua al municipio de Vilafranca. Además a lo largo del camino los excursionistas pueden encontrar el castillo medieval de la Bleda y el río Foix. - Ruta a Els Pujols
Esta es una excursión de 3,9 kilómetros que recorre una zona de viñedos hasta llegar al bosque de Els Pujols, en el municipio de La Granada del Penedès. Lo más destacado de este trayecto es la ‘Vinya Pintada’, una original propuesta del artista Almirall Llusià que coloreó los palos de los parrales de las cepas formando un llamativo mosaico.