EUROPA PRESS

  • Dos profesores universitarios de EE UU han calculado cuánto pagarían los que quieren reclinar su asiento por poder hacerlo.
  • Su estudio habla de la alta probabilidad de que el cobrar por reclinar los asientos en un avión pueda llegar a ser una realidad en el corto plazo.

Cabina de un avión

Las personas que reclinan su asiento en un avión no estarían dispuestas a dejar de hacerlo por menos de 41 dólares, mientras que las que ceden su espacio pedirían una media de 39 dólares, según una encuesta realizada por dos profesores universitarios estadounidense.

Christopher Jon Sprigman, de la Escuela de Derecho de la Universidad de Nueva York, y Christopher Buccafusco, de la Escuela de Derecho de Cardozo, realizaron un experimento para saber si un ‘acuerdo privado’ entre pasajeros aliviaría el estrés causado cuando uno de ellos se reclina en el espacio del otro, según publica The Economist.

La base del estudio se fundamentaba en que el problema reside en que el reclinar o no el asiento es gratuito, por lo que si le pusieran un precio las discusiones en los aviones dejarían de tener fundamento más allá de que les parezca una cantidad más o menos asequible.

Las conclusiones extraídas del experimento mostraron que, mientras las personas que reclinan su asiento en un avión no dejarían de hacerlo por menos de 41 dólares, las que su espacio normalmente solo pagarían 18 dólares por poder reclinar su asiento.

Por otro lado, mientras los habituales ‘reclinadores’ no pagarían más de 12 dólares por seguir haciéndolo, aquellos que suelen ceder su espacio exigirían una media de 39 dólares para permitirlo.

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En las conclusiones, los profesores coinciden en la alta probabilidad de que el cobrar por reclinar los asientos en un avión pueda llegar a ser una realidad en el corto plazo.

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