20MINUTOS

  • A él han pertenecido decenas de personalidades: desde Roosevelt al CEO de Amazon, Jeff Bezos.

Explorers Club

Escondida entre cafeterías y restaurantes del Upper East Side de Nueva York y rodeada por lujosas viviendas se encuentra una casa alejada del ajetreado ritmo de vida de Manhattan que no aparece en ningún mapa turístico, ni es objeto de atención por los residentes y turistas que por allí pasan. Se trata del Explorers Club.

Situado en East 70th Street, este edificio de seis plantas y 109 años de historia esconde numerosos secretos forjados por un club clandestino de viajeros que han visitado más partes del mundo y el universo de las que cualquiera puede imaginar.

Los trotamundos de este club han estado en todos los rincones del mundo, incluso han visitado el espacio. Todo lo han mapeado. En el interior del club, mientras toman un té o juegan a los dardos en uno de los espaciosos salones del edificio, preparan sus próximas aventuras, como explican en la BBC. Este poco conocido Club de Exploradores es en realidad la sede de una de las instituciones científicas de campo más inspiradoras del mundo.

Su lista ilustre de miembros actuales o históricos incluye a Edmund Hillary y Tenzing Norgay, primeros en coronar el Everest, el aviador Charles Lindbergh, que realizó el primer vuelo en avión transatlántico en solitario en 1927, el explorador noruego Thor Heyerdahl, la famosa piloto Amelia Earhart, los astronautas del Apolo, incluidos Buzz Aldrin y Neil Armstrong, los primeros hombres en la Luna, Sylvia Earle, buceadora de aguas profundas que rompió récords, la paleoantropóloga británica Mary Leakey, el CEO de Amazon, Jeff Bezos, el director de cine y explorador de aguas profundas James Cameron, la primatóloga Dame Jane Goodall, etc.

«Hay millones de historias asociadas con este lugar. Las personas que han atravesado estas puertas crearon páginas de la historia«, explica el dos veces presidente del club Richard Wiese.

Wiese es el presidente 44 de este club y recuerda cómo ingresó a éste. «Fue a mediados de la década de los 80», explica sentado frente a una mesa que una vez fue propiedad del también ex miembro y presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, en la sala de juntas del club. «Fue para ver una conferencia sobre osos negros en el norte de Nueva Jersey. De inmediato supe que había encontrado a mi gente».

Wiese mantiene que el propósito de esta sociedad es solo la mejora del conocimiento, no la realización personal. Sus 3.500 miembros están repartidos por el mundo, incluida la sede de Nueva York, están obligados a ampliar los límites de la ciencia y la educación.

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