EFE/CLARA PINAR

  • Los vecinos quieren que sólo se puedan alquilar plantas bajas y con amplia mayoría de la comunidad.
  • Airbnb se ofrece al Ejecutivo para recaudar una tasa turística que pagarían los anfitriones.

Apartamento turístico

El Gobierno espera tener listo antes de final de año una nueva regulación sobre los pisos de alquiler turístico que, entre otros elementos, incluya un registro único de los inmuebles en alquiler y también alguna fórmula fiscal adaptada a una actividad que se circunscribe dentro de la llamada economía colaborativa, para la que la Hacienda busca nuevas formas tributarias.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha expuesto este jueves estos dos elementos –el registro único y un nuevo impuesto– como dos de las cuestiones que debe figurar en el plan que su departamento quiere trazar con administraciones, plataformas como Airbnb y asociaciones de vecinos Según ha dicho, las viviendas de uso turístico deben integrarse en la oferta regulada, así como ceñirse a una fiscalidad adotpada a la economía colaborativa. “Tiene que estar dentro de lo que es la fiscalidad del siglo XXI”, ha añadido Maroto.

Hace aproximadamente un mes, el Ministerio reunió a los sectores implicados -plataformas como Airbnb y HomeAway, administraciones y colectivos de vecinos- para empezar a trabajar en una regulación de pisos turísticos que, según Maroto, «va bien». Según ha dicho, se está aportando documentación de los distintos operadores y componentes, con la idea de tener un borrador para presentar al final de año.

Comunidades y tasa turística

Según la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm), el encuentro del mes pasado fue una primera toma de contacto pero en la que no se entró en materia. Mientras que los vecinos esperan a volver a ser convocados por el Ministerio, las propuestas de las partes son diversas.

Para la Fravm es clave que la presencia de pisos turísticos en un inmueble cuente, si no con la unanimidad de la comunidad de vecinos, al menos con una mayoría tan amplia como de tres cuartas partes de los mismos. Por otra parte, exigen que sólo puedan alquilarse pisos para uso turísticos situados, como muy arriba, en las plantas bajas de los edificios.

Por su parte, los representantes de Airbnb fueron a la reunión en el Ministerio con una propuesta que plantea algunas ideas y también apoya la creación de un registro único que, recuerda, ya existe en Andalucía y que «se utiliza con éxito» en países como Portugal y en ciudades por todo el mundo.

Airbnb puso en valor el registro único andaluz, que está avalado por la Asociación de Viviendas Turísticas de esta comunidad. Permite a los anfitriones registrarse en un único lugar y obtener una licencia que después muestran en sus anuncios.

Frente al impuesto a los servicios digitales que ofrecen este tipo de plataformas que estudia el Gobierno, Airbnb propone hacer de recaudador de una «tasa turística» que, en su opinión, deben pagar los «anfitriones».

En este sentido, Maroto ha indicado que, aunque“avanzamos y los trabajos van bien» se trata de «un tema complicado porque hay muchas sensibilidades distintas en cuanto a lo que nos piden, por un lado, las plataformas y, por otro, los vecinos y otras asociaciones, que demandan incluso que se restrinja la vivienda turística”.

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