España como destino ideal para la práctica del Turismo de Salud

“Hay que españolizar Europa”, gritaba al mundo Salvador Dalí allá por los años 60. Parece que lo hemos conseguido. España se ha colocado en el sexto país más visitado por los europeos que optan por lo que se conoce hoy en día como Turismo de Salud, y ocupa el octavo puesto a nivel mundial. Los turistas ya no llegan a nuestras costas buscando sólo el sol español, los chiringuitos, la paella, la Fiesta Nacional o la siesta, ahora llegan atraídos por algo más: el turismo médico o de “bisturí” y de bienestar, también llamado este último como turismo de relax o Wellness, las dos vertientes de lo que se ha denominado Turismo de Salud.

De hecho, según datos del Instituto para Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), este año se esperan 140.000 visitantes que aprovechan sus vacaciones para someterse a tratamientos de salud e intervenciones médicas en centros privados de nuestro país. Una tendencia creciente en la que se depositan grandes esperanzas, así se prevé que en 2020 el turismo de salud ingresará en las arcas nacionales alrededor de los 1000 millones de euros, tres veces más de lo que se obtuvo en 2014, que fueron 322 millones.

Desde que a finales de los años 50, actrices, escritores, reyes y príncipes –Ava Gardner, Liz Taylor, Ernest Hemingway, los príncipes de Mónaco o los reyes de Bélgica, entre otros-, así como la clase media europea descubrieran el sol español, el turismo no ha dejado de crecer en nuestro país. Vivimos el boom de los años 60 no sólo con la llegada masiva de suecas en bikini a nuestras costas, sino también por la creación del Ministerio de Turismo y un gran desarrollo de las infraestructuras como fue la inauguración de Paradores Nacionales a finales de la década. En los 70 el litoral español sufrió una gran transformación con la construcción de grandes cadenas hoteleras. Ya en los 80 surge la Marca España y el objetivo es atraer a un turismo con mayor poder adquisitivo ofreciéndoles un turismo náutico, gastronómico, cultural, de naturaleza,… alejado del . Una década después, en los 90, gracias a La Expo de Sevilla y Las Olimpiadas de Barcelona, España consiguió conquistar a otro tipo de turismo interesado en algo más que la costa, sino también en el turismo interior –Camino de Santiago, por ejemplo–, así como turismo de invierno fuera de temporada. Pero no ha sido hasta ahora, cuando se ha dado un salto cualitativo en cuanto al perfil de los visitantes a nuestro país y todo gracias al Turismo de Salud.

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