En un punto entre el mar Mediterráneo y el Egeo se esconde una pequeña isla deshabitada donde sus empinadas calles, sus casas abandonadas y su fortaleza rezuman antiguas historias de batallas, sacrificios y enfermedad. Spinalonga, situada en el golfo de Mirambello, está considerada todo un símbolo para los habitantes de Creta. Unida originalmente a la mayor isla de Grecia formando una península sirvió desde el siglo VII de muro de contención de los piratas árabes que surcaban el Mediterráneo. Spinalonga – Flicker/Rolf Dietrich Brecher
No fue hasta el siglo XVI, durante la ocupación de la isla por Venecia, cuando este pedazo de tierra, árido y estéril con una superficie de 8,5 hectáreas, fue separada de la costa para mejorar su defensa. En las ruinas de la antigua acrópolis, los nuevo habitantes construyeron en 1579 una poderosa fortaleza blindada con 35 cañones. Era tal la capacidad defensiva de la ciudad que los venecianos mantuvieron el control de la isla incluso después de que el resto de Creta cayera ante los otomanos en 1669. Fueron 60 años de luchas hasta la rendición de la isla de Spinalonga en 1715. Pero la historia de este pequeña isla aún tenía un amargo capítulo por escribir. En 1904 y tras la expulsión del imperio otomano, las autoridades griegas no tuvieron más remedio que utilizar la fortaleza como una leprosería hasta el año 1958. Conocida como la isla de los marginados, es hoy en día el sitio arqueológico más popular de Creta -después de Knossos- y acoge cada día a los curiosos turistas que recorren las empinadas escalinatas de piedra hasta lo alto de las antiguas defensas venecianas; las casas abandonadas; el antiguo hospital, la escuela o el cementerio en busca de historias de amor, desilusión y muerte. Novelas y programas de televisión se han inspirado en la isla de los leprosos siendo la más conocida la preciosa serie de la televisión griega La Isla basada en la novela de la escritora británica Victoria Hislop «The Island». Vista de Spinalonga desde el mar – Flicker/George M. GroutasBrecher
Cómo visitar Spinalonga
Para llegar a Spinalonga hay que hacerlo en barco desde el puerto de Agios Nikolaos o desde el cercano pueblo de Plaka. La isla de Spinalonga funciona como sitio arqueológico con horario de apertura, de abril a octubre, de 8:30 a 15:30. Durante los meses de invierno permanece cerrada para el público. Precio de entrada: 6 euros.