El príncipe Enrique visitó el lunes 22 de octubre la isla Fraser, la conocida como isla de arena más grande del mundo, durante su visita oficial a Australia. Inscrita por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1992, la isla Fraser, en el oriental estado de Queensland, cuenta con 1.630 kilómetros cuadrados de naturaleza salvaje donde destaca la jauría de dingos o perros salvajes australianos. El príncipe Enrique de Inglaterra, junto al artista Shawn Wondunna-Foley, asiste a una ceremonia tradicional oficiada por la aborigen Nai Nai Bird (a la derecha) durante su visita a la isla Fraser – EFE Esta isla tiene 122 kilómetros de longitud. En las inmediaciones de sus orillas se hallan vestigios majestuosos de grandes bosques pluviales que crecen en la arena, así como la mitad de los lagos de duna elevados del planeta con agua dulce. El conjunto que forman estos bosques y lagos con las dunas en movimiento hacen de la Isla Fraser un sitio excepcional. Fraser Island tiene un paisaje variado de bosques, pantanos, lagos, colinas y playas de ensueño. En este aspecto se cuentan más de 250 kilómetros de playas de arena clara y más de 40 kilómetros de acantilados de arena de llamativos colores. Un ferry desde Hervey Bay lleva a los turistas a Fraser Island. Una vez allí se puede visitar acantilados de colores, caminar por la selva, avistar ballenas y nadar en lagos de agua dulce. Todas las carreteras de la isla son de arena así que es obligatorio desplazarse en automóviles con tracción a las 4 ruedas. Una de las playas de Fraser – VISIT FRASER COAST
Fue James Cook quien descubrió la isla para Occidente en mayo de 1770. Sin embargo, llevaba habitada mucho tiempo. Su primer nombre fue K’gari, Paraíso en la lengua de los aborígenes. Hoy, todos la conocemos con Fraser como recuerdo a Eliza Fraser, una mujer que tras naufragar su barco en 1836 sobrevivió en la isla gracias a las tribus locales.