Las croquetas son las reinas de las tapas españolas y, junto a la tortilla de patata, son las protagonistas de aperitivos, comidas o cenas. Con una receta sencilla, a base de bechamel, requieren, sin embargo, de mucho arte para hacerlas bien. Los cocineros aseguran que el secreto de una buena croqueta es un buen relleno, una bechamel suave y cremosa y un rebozado ligero y crujiente. Lo primero es preparar la bechamel y antes de agregar la leche a la masa de harina hay que añadir el jamón, pollo o pescado. Una vez hecho el relleno y dejado enfriar en la nevera ya se pueden empanar para freír. Lo mejor es coger dos cucharas para tomar la medida y pasar por harina, huevo batido y pan rallado. Pueden ser alargadas -las clásicas- pero también podemos hacerlas redondas. En la teoría hacer croquetas no parece demasiado complicado sin embargo una serie de errores pueden llevar a fracasar en el intento. El primer error que se puede cometer es no hacer bien la bechamel y que esta salga blanda o muy mazacote. Para saber si está en su punto óptimo, un truco es comprobar que se despega de los lados de la sartén. El segundo error es no dejar enfriar la bechamel. Sino se mete en la nevera la base de la croqueta no se podrá moldear y saldrá de todo menos croquetas. El tercer error es tener el aceite demasiado caliente o frío. Para que las croquetas no se quemen el aceite ha de estar a 170º y no se han de freír muchas a la vez. Es importante mantener la temperatura del aceite constante de lo contrario se abrirán. Las croquetas son un plato muy agradecido ya que permite aprovechar la comida sobrante de, por ejemplo, un cocido y hacer el relleno de jamón, pollo o morcilla. Además se pueden preparar y en lugar de freír en el momento meter en el congelador. Para evitar que las croquetas caseras congeladas queden frías en su interior hay que dejarlas a temperatura ambiente al menos 30 minutos antes de freír, de esta forma se disfrutará de un rico plato con el que triunfar en la mesa. Cómo hacer una buena bechamel
Preparar una buena bechamel para croquetas lleva su tiempo y en este caso la experiencia es un grado. No hay que desanimarse si las primeras no salen perfectas.Lo primero es poner a calentar la leche en un cazo sin que hierva o bien utilizar una leche que no esté fría. En otro cazo y a fuego lento derretir la mantequilla para a continuación agregar la harina -mejor si está tamizada-. Con la ayuda de unas varillas y sin dejar de remover hay que esperar a que cueza bien la harina durante unos minutos a fuego lento hasta conseguir una mezcla de color amarillento. A continuación y poco a poco se añade la leche, los ingredientes que se deseen, como el clásico jamón y se sigue batiendo con las varillas. Hay que tener paciencia y seguir removiendo hasta que la leche se integre y quede una bechamel cremosa. Salpimienta al gusto de cada uno para seguir removiendo durante unos 10 minutos a fuego bajo-medio para que la bechamel esté bien hecha. Suele espesar algo más al enfriarse así que si en caliente está muy espera es mejor añadir un poco más de leche para corregir su textura. Ya tienes preparada esta estupenda bechamel para croquetas que debes dejar enfriar en la nevera una dos horas. Aunque lo normal es preparar la bechamel con mantequilla a quien utiliza aceite de oliva virgen extra. Un truco: por cada vaso de tamaño de vino de aceite le corresponden dos de harina.