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Santo Stefano di Sessanio

El mundo del turismo está en constante evolución y la innovación está provocando que ganen en atractivo ofertas como la que encontramos en Santo Stefano di Sessanio, una pequeña localidad italiana de la provincia de L’Aquila, donde se esconden numerosos hoteles con encanto que no pueden encontrarse a simple vista.

Santo Stefano di Sessanio es un bello enclave levantado en el medievo en la región de Abruzos que ha quedado deshabitado con el paso del tiempo debido a las escasas posibilidades de prosperar económicamente en él. Es solo uno de los cientos de pequeños pueblos fantasma italianos que quedaron abandonado a su suerte, bien por la falta de trabajo o por ser zona de importante riesgo sísmico. Santo Stefano di Sessanio quedó completamente desierta tras el terremoto de 2009, que provocó la marcha de los pocos habitantes que aún quedaban allí. Hoy en día, puede verse a gente en sus calles, paseando o tomando algo en una terraza.

No solo están visitando lo que parece un pueblo en ruinas, también se alojan en algunas de sus antiguos edificios de piedra. Todo parte del movimiento conocido como ‘albergo diffuso’ o »scattered hotel’, encargado de rehabilitar el interior de numerosas viviendas en pueblos con encanto abandonados en Italia para reconvertirlos en hoteles.

El encargado de esta transformación en Santo Stefano di Sessanio ha sido el empresario Daniele Kihlgren, quien explica en la BBC que cuando llegó a este pueblo, hace 20 años, estaba ya prácticamente deshabitado. Buscó un plan para reactivar la zona sin afectar a su aspecto y tradiciones y comenzó a remodelar casas abandonadas y transformarlas en albergues y hoteles, pero sin transformar su apariencia externa, lo que provoca que al pasear por las calles del pueblo nadie se percate, si no ha contratado una habitación, de que en el interior de algunas de estas estructuras hay una recepción y varias habitaciones perfectamente acondicionadas para hacer noche.

«Cuando llegué aquí solo había un hotel. Hoy hay 21, pero si llegas aquí y no lo sabes, nunca podrías verlos porque no hay ninguna señal, nada que lo indique. Esto es así porque queremos preservar la imagen y la identidad original del lugar», explica Kihlgren, que añade que esto favorece que los turistas se mezclen con la cultura del lugar y, a la vez, está proporcionando trabajo a algunos de los habitantes del lugar que se fueron o sus descendientes.

Por el momento, este tipo de turismo está atrayendo personas de todo el mundo. Solo tiene una pega, el precio medio por noche en uno de los hoteles secretos de Santo Stefano di Sessanio ronda los 400 euros.

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