Restaurantes: cómo evitar el timo de las sugerencias del díaEn todas las temporadas, pero especialmente en la veraniega, uno de los mayores peligros de los restaurantes está en las sugerencias del día. Esa lista de platos que no aparecen recogidos en la carta y que el propietario o el camarero recitan de viva voz. «Hoy, además de la carta, tenemos…». Hay una parte positiva. O al menos debería serlo. Esas recomendaciones se supone que obedecen a que el cocinero ha logrado uno o varios productos especiales, «del día». Pero no siempre es así. En ocasiones las sugerencias responden más a la necesidad de vender algo que no ha tenido salida en su momento y que se intenta colocar al cliente despistado (o relajado, que para eso está de vacaciones). En cualquier caso, el gran problema radica en los precios. Con una carta delante podemos calcular lo que nos vamos a gastar en función de nuestro presupuesto. Cuando el camarero de turno nos recita de corrido sus platos fuera de carta, el riesgo de que la factura final se dispare de forma incontrolada es muy alta. Sobre todo porque esas sugerencias del día suelen estar centradas en mariscos y pescados (esas «gambitas fresquísimas», ese «besugo de Tarifa» que a veces ni es besugo ni nunca conoció Tarifa) cuyos precios en época estival alcanzan cifras disparatadas. Por suerte no siempre es así. Hay restaurantes, pocos, donde al anunciar las sugerencias se añade su precio. Algo que debería ser obligatorio y que evitaría disgustos al final de la comida o de la cena. Existe una versión escrita, esas terribles siglas PSM (precio según mercado) que se encuentran todavía en muchas cartas. Algo que, como ocurre con las sugerencias recitadas, carece de sentido en un tiempo en el que imprimir a diario una hoja de papel con las propuestas del día y sus precios resulta tan sencillo. Recomendaciones 1. Pregunte sin miedo: Cuando le reciten de viva voz una lista de sugerencias del día no tenga reparo en preguntar su precio. Se evitará muchas sorpresas desagradables a la hora de pagar la cuenta. 2. Demasiadas sugerencias: Cuando los platos «fuera de carta» son más que los que aparecen impresos en la misma, conviene desconfiar. Dos o tres propuestas pueden ser lógicas en función del mercado, pero tantas…

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