Su propietario fue asesinado por conjurar contra un valido del rey, ejerció de «suite nupcial» real, fue un bastión defensivo y sobrevivió a los avatares de la historia para llegar hasta tiempos de democracia y ejercer de sede de un parlamento. Si los muros hablaran, son algunos de los testimonios que podría contar el Castillo de Fuensaldaña, en Valladolid. Tras una intensa reforma, dentro de unos días reabrirá sus puertas como el «Castillo de los castillos», un centro de interpretación de las fortalezas, que ahonda no sólo en las leyendas que ésta esconde sino que permite profundizar en este tipo de construcciones que encuentran en la provincia de Valladolid singulares e históricos ejemplos.