Cruceros low cost: ¿la nueva tendencia de las vacaciones de verano?

Hacer un interrail, coger un avión o alquilar un coche para hacer tu propia ruta. Cada uno tiene sus preferencias a la hora de irse de vacaciones, pero si hay una que se ha puesto de moda es hacer un crucero. Subirse a un barco y hacer escala en diferentes puertos es una opción a la que recurren muchas personas para las vacaciones de verano.

Los cruceros han dejado de ser un lujo y se han convertido en una opción asequible para muchos tipos de bolsillos, por lo tanto, es un plan cada vez más demandado. Tanto es así que 2018 fue un buen año para las empresas de cruceros. 10,1 millones de pasajeros embarcaron, desembarcaron o estuvieron en tránsito en alguno de los 26 puertos con este tipo de actividad durante el año pasado. Esa cifra supone un 9,66% más que en 2017.

Aunque cada vez son más las personas que se apuntan a esta nueva tendencia, también están los detractores que prefieren otro medio de transporte para disfrutar de sus vacaciones. Y es que subirse a bordo tiene sus ventajas y también sus inconvenientes.

Ventajas

La ventaja principal es que el turista tiene la oportunidad de disfrutar entre trayecto y trayecto entre ciudades. En cambio, en coche, tren o avión esto no es posible. En el barco ofrecen decenas de actividades tanto para adultos como para los más pequeños. Bailes, teatro, animaciones, spas, casinos... el ocio y la cultura están asegurados.

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Por otro lado, el crucero te permite conocer la mayor cantidad de destinos en un tiempo limitado. Una manera económica y rápida para descubrir diferentes rincones.

Al dormir en el barco el viajero se ahorra la opción de reservar hoteles. Además, la mayoría de ellos ofrece la opción de ‘todo incluido’ por lo que saber dónde se va comer o cenar tampoco será una preocupación.

El crucero ofrece total comodidad, olvídate de hacer y deshacer maletas, siempre dormirás en mismo sitio, aunque viajarás por diferentes lugares.

Además, en el barco hay gente de diferentes nacionalidades, una muy buena oportunidad para conocer otras culturas y entablar amistades, y quién sabe, igual también puedes poner en práctica otro idioma.

Desventajas

La desventaja principal es que tienes muy poco tiempo para conocer las ciudades. El barco suele estar atracado en el puerto por un periodo de tiempo limitado, por lo que no da tiempo para conocer bien la ciudad, solo los sitios y monumentos más emblemáticos. Además, si se desea comer en el barco para no gastar dinero hay que darse prisa ya que el comedor tiene horario de apertura y cierre.

En el barco te dan la opción de contratar las excursiones, pero los precios suelen ser bastante elevados. Por norma general es más rentable si lo haces por tu cuenta, aunque de esta manera no disfrutarás de las explicaciones del guía.

Por último, si eres de los que se marea con facilidad, no es una opción muy recomendable. Aunque suelen ser barcos de gran tamaño el vaivén de la marea se nota con facilidad.

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