Desde Denia hasta Pilar de la Horadada, esta zona de Alicante es una de las preferidas para disfrutar de unos días de vacaciones, y estas son las fechas perfectas para hacerlo.
Empieza el verano y muchos buscan ya destinos de mar y sol.
Una de las zonas más visitadas por los amantes de la playa es la Costa Blanca, situada en la provincia de Alicante y que va desde Denia hasta la localidad de Pilar de la Horadada. A lo largo de estos 244 kilómetros de litoral, el azul del mar se fusiona con las casitas blancas; y pueblos tan fascinantes como Altea, Jávea y Calpe compiten con la majestuosidad de Benidorm, Elche o Alicante.
Además, estas fechas son perfectas para hacer una visita a la zona, ya que es una época de un turismo más relajado, que invita a la desconexión más absoluta y a disfrutar de los días estivales sin prisa, pero sin pausa.
DE NORTE A SUR – Costa Blanca
La primera parada de esta ruta marinera es Denia, una localidad dominada por la imponente imagen de su castillo medieval que se alza sobre un pequeño monte. En la localidad se puede disfrutar de maravillosas playas, como la de las Marinas o la de las Rotas; de sus calas; y de la excelente gastronomía, liderada por la gamba roja autóctona.
Denia es la puerta de entrada a la Costa Blanca y la localidad esté presidida por el castillo de estilo medieval. Entre sus encantos destacan sus playas, sus calles y la lonja, donde se puede asistir a la subasta.
Siguiendo hacia el sur se llega hasta Jávea, el municipio de las calas y el elegido por el maestro Sorolla para sus vacaciones.
Jávea es el municipio alicantino de las calas. Una de las más espectaculares es la de Granadella, una extensión de unos 160 metros de cantos rodados y agua cristalina con Bandera Azul.
Después de Jávea, se halla Moraira, un reducto de paz y tranquilidad entre mar y montaña.
Después Calpe, un pueblo de origen pesquero que se ha convertido en un gran referente alicantino con grandes atractivos como el peñón de Ifach, las saunas y sus dos espléndidas playas: Levante-La Fossa y El Arenal-Bol.
Unos kilómetros más hacia el sur se encuentra Altea, un tranquilo pueblo de preciosas casas blancas y calles estrechas y empedradas por donde se puede callejear hasta llegar a la iglesia Nuestra Señora del Consuelo, centro neurálgico de la localidad y que es su punto más alto.
Altea es un emblema de la Costa Blanca. Se hace hueco entre el mar y la montaña y su principal encanto reside en sus bonitas casas blancas.
Desde aquí se puede viajar hasta Benidorm, el gigante alicantino donde los días pasan entre la playa y la gran oferta de ocio.
Benidorm es una de las ciudades más conocidas de Alicante, donde los turistas llegan de todas partes del mundo. Su oferta de playa y ocio es su gran atractivo.
Compite de cerca con la ciudad de Alicante, donde se puede visitar el castillo de Santa Bárbara, el singular barrio de Santa Cruz o el paseo de la Explanada.
Los últimos destinos son Torrevieja, Villajoyosa y el pueblo que pone fin a la ruta de la Costa Blanca: Pilar de la Horadada,
Villajoyosa es un pueblo de tradición pesquera abierto al mar, en el barrio del Arsenal, con sus fachadas de colores.
QUE PUEDES VISITAR
Isla de Tabarca
Desde Alicante se puede coger un barco para conocer este espectacular destino. Es la isla más grande de la Comunidad Valenciana, y es la única habitada. En el pueblo destacan la Casa del Gobernador, la iglesia de San Pedro y los restos de la muralla.
GUÍA PRÁCTICA – Costa Blanca
LA POSADA DEL MAR
Situado en el corazón de Denia, este alojamiento de cuatro estrellas ocupa un edilicio del siglo Xlll ubicado al pie del castillo de la localidad alicantina.
RESTAURANTE PIRI-PIRI
Con una ubicación inmejorable frente al mar, este es un lugar excelente para degustar la mejor gastronomía local, elaborada con productos de calidad.