El inconfundible aroma de una cafetera recién hecha traslada la mente hasta recuerdos de la niñez, de una casa de vacaciones o al desayuno de ese hotel al que deseas volver. No hay reunión que se precie, ya sea entre amigos o por trabajo, que no tenga como protagonista una taza de esta bebida, la segunda más consumida después del agua. Además de su apreciado aroma y sabor, el café mejora el estado de ánimo, la memoria y aumenta nuestra energía.Con motivo del Día Mundial del Café, el 1 de octubre, recogemos algunos datos y curiosidades de esta bebida que se obtiene a partir de los granos tostados y molidos de los frutos del cafeto. Originario de Etiopía
El significado de la palabra café es «vino en grano» y proviene del árabe. El cafeto es la planta que da granos de café y es originario de la provincia de Kaffa en Abisinia, Etiopía. En estas tierras altas crece de forma silvestre. Las cualidades de esta bebida extendida en todo el mundo eran conocidas en el siglo XI por la tribu Galla. Para consumirlo, lo mezclaban con grasa animal. Luego, sería introducido a Arabia y desde allí al resto del planeta.El mayor productor de café del mundo es Brasil. Allí se genera un tercio del total de producción mundial. No todos los cafés son iguales
Existen muchos tipos de café, y no todos tienen la misma cantidad de cafeína, acidez o sabor. En general, se pueden dividir en café «robusta» o café «arábica». El primero contiene más cafeína y un gusto muy fuerte; mientras que el café arábica tiene una calidad mayor y cumple con los tres pilares de un buen café (aroma, cuerpo y acidez). Los finlandeses, los más cafeteros
De media una persona consume 1,3 kg de café al año. Los finlandeses son los que más café consumen con una media de 12 kg por habitante. El segundo de la lista es Noruega con casi 10 kg y los terceros son los suecos, que consumen 8,4 por persona. España está en el puesto número 19 del ranking mundial, con 4,5 kg de café por persona. Café para potenciar la memoria
Un estudio llevado a cabo en la Universidad Johns Hopkins y publicado en la revista Nature Neuroscience afirmaba que doscientos miligramos de cafeína, aproximadamente la que contiene un café, tomados después de ver una serie de imágenes ayuda a recordarlas mejor y con más detalle al día siguiente. Lo que sugiere que en lugar de tomar café antes de afrontar un trabajo importante para estar despiertos, tal vez sería mejor tomarlo inmediatamente después, para sacar el mejor partido posible a la memoria. Café contra el cáncer
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha concluido que no hay razones para pensar que el café eleva el riesgo de sufrir un cáncer y, que por el contrario, podría tener cierto efecto protector en ciertos tumores. Su consumo regular podría protegernos frente al cáncer de colon y de próstata, párkinson e incluso alargar la vida. Efecto antimigrañas Es posible despedirse de los dolores de cabeza gracias al efecto de la cafeína, debido a su efecto antinflamatorio. Otra gran propiedad del café es su poder antioxidante, debido a la presencia de unos compuestos denominados polifenoles: se encargan de proteger al organismo del envejecimiento celular prematuro y de prevenir los daños producidos por los radicales libres. El café no es un supresor del apetito
Un estudio reciente publicado en la revista de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos ha demostrado que, aunque beber una pequeña cantidad de cafeína en el desayuno ayuda a reducir la ingesta de alimentos en la primera comida del día, su efecto es limitado y transitorio, por lo que los expertos no respaldan su uso como supresor del apetito o ayuda para perder peso. Los autores de esta investigación encontraron que después de beber una pequeña cantidad de cafeína, los participantes consumieron un 10% menos en un desayuno buffet proporcionado por los investigadores, pero este efecto no persistió durante todo el día y no tuvo impacto en las percepciones de los participantes sobre sus apetitos. Así, consideran que la cafeína no es efectiva como un supresor del apetito ni ayuda para bajar de peso. ¿Por qué no afecta a todos igual?
Muchas personas no puede tomar café a partir de cierta hora del día si quiere conciliar el sueño mientras que a otras no les afecta de la misma manera. La explicación es que en el cerebro, la cafeína afecta la acción de un trasmisor nervioso que se llama adenosina. La cafeína bloquea su efecto por eso el cuerpo se mantiene en estado de vigilia. Produce euforia y mayor actividad. Los expertos en trastornos del sueño aducen que dependiendo de lo desarrollados que tenga la persona sus receptores neuronales, así altera más o menos la cafeína. Les quita más el sueño a quienes lo tienen menos desarrollados. Café como fertilizante
Los restos del café pueden ser usados para abonar jardines y huertas debido a su gran contenido de nitrógeno. El café molido además, le aporta la tierra microminerales como por ejemplo, fósforo y potasio. Te recomendamos que no tires lo que queda después de hacerte una infusión… ¡mejor échala en las plantas! Bañarse en café
Para los grandes cafeteros que estén pensando en organizar un buen viaje, el destino puede ser Japón donde existe un resort donde poder bañarse y nadar en una piscina de café. Se dice que bañarse en el café tiene «efectos recargadores, relajantes y embellecedores de la piel». [El secreto para preparar un buen café en casa]