El secreto para conservar, cortar y presentar el quesoEn España existe una gran variedad de quesos desde los frescos hasta los curados, de vaca, oveja o cabra y como no todos son iguales es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de conservarlos, cortalos o presentarlos. Estas son las principales recomendaciones de los expertos en el Día Internacional del Queso. Cómo conservar el queso
Los expertos aseguran que el queso debe estar en la nevera y dependiendo del tipo a una temperatura u otra. Por ejemplo el fresco la temperatura puede oscilar entre 0 y 3 grados mientras que si son quesos de pasta prensada su conservación debe estar entre los 5 y los 8 grados. Para evitar que el queso tome olor de otros alimentos es recomendable que se envuelva en papel transparente y se conserve en un envase aparte en los cajones de la verdura, es decir la parte menos fría de la nevera. Si el tipo de queso lleva moho en la superficie lo mejor es envolverlo en un trapo de algodón, que previamente hayamos humedecido un poco, y si el agua con la que lo humedecemos es salada además se seque y agriete la corteza. Temperatura de consumo
A la hora de consumirlos hay que sacar el queso de la nevera con antelación para que recupere temperatura y todo el sabor y olor propio. La temperatura ideal para consumir el queso es de entre 18 y 20 grados en el caso de los quesos blandos y de entre 22 y 24 grados para los quesos que tengan la pasta dura o semidura. Además tenemos que tener en cuenta que cuanto más dura sea la pasta del queso o el queso tenga un tamaño más grande necesitaremos más tiempo para atemperarlo. Si vamos a consumir una torta lo ideal es dejarla a temperatura ambiente durante todo un día, de este modo cuando la vayamos a consumir tendrá todo su aroma y sabor. El corte
A la hora del corte es importante cuidar que el cuchillo esté afilado y limpio, libre de restos de otros quesos que hayamos cortado previamente. La forma de cortar un queso depende en gran medida de su forma, tamaño y textura. Los quesos circulares se cortan como un pastel, en cuñas. Los que tienen una forma alargada se parten en lonchas y las cremas de queso o los quesos de pasta blanda se presenta la pieza entera para que los comensales vayan cortando a su gusto. Los quesos curados se cortan en triángulos de entre 5 a 10 mm de grosor mientras que los quesos cremosos deben de cortarse en porciones más cortas pero más gruesas para evitar que se desmenucen. Los quesos azules y los quesos frescos se cortan en dados mientras que los quesos viejos o extra secos se presentan en trozos.En general, se elimina la corteza, excepto cuando ésta es comestible como en el Brie o el Camembert. La presentación
Lo más correcto será presentar el queso en una tabla de madera pero tampoco es raro presentarlo en un plato cerámico o una pizarra. En cualquiera de ellas dispondremos los trozos siguiendo el sentido de las agujas del reloj, desde los más suaves y blandos hasta los azules, pasando por los semicurados y los curados. Si tenemos ahumados, irán antes de los azules. Lo ideal serían entre cinco y diez diferentes, combinando varios tipos de leche, primero vaca, después cabra y por último oveja así como maduraciones y texturas poniendo primero los de pasta blanda, seguidos de los de pasta dura.

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