El destino había jugado sus cartas

Una crónica de Ángela Portero

Una semana después de perder la oportunidad de navegar en el Goa y cuando ya llevábamos casi quince días pateando los pantalanes y los bares del muelle deportivo de Las Palmas en busca de un barco para cruzar el Atlántico, nuestros ánimos estaban por los suelos.

1. Los sueños cumplidos de Ángela Portero

► 2. Buscando barco desesperadamente

Lo que pensábamos que iba ser una breve estancia en la isla empezaba a alargarse demasiado y más teniendo en cuenta que nos alojábamos en casa de un amigo que no se encontraba en su mejor momento. A pesar de ello, nos acogió con los brazos abiertos en su villa situada en Tafira Alta, uno de los barrios más exclusivos de Las Palmas, dónde se encuentran magníficas y coloridas residencias que aún conservan su aire colonial de principios del siglo XX. Rodeadas de amplios y frondosos jardines, desde lo alto de la colina, disfrutábamos de unas increíbles vistas al mar.

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