El desierto de Atacama al caer la noche

Sin fijar con claridad la naturaleza de algunos sitios, sería difícil visualizar para el viajero ciertos destinos, como por ejemplo, los desiertos. Increíblemente bellos pero inhóspitos, poseen dos características que los definen: son lugares de escasas precipitaciones, y en ellos difícilmente puede existir vida humana.

Inquieta pensar que estas condiciones climatológicas extremas imperan en casi un tercio de la superficie terrestre, es decir, en una tierra que es tan solo “dueña” de una cuarta parte del planeta. Al pensarlo, se nos desvela que el ser humano está limitado a vivir en una pequeña área del orbe que llamamos Tierra. De ese total, aproximadamente la mitad pertenecen a desiertos cálidos, y el otro cincuenta por ciento a desiertos fríos. El de Atacama, es el desierto no polar más seco del planeta.

La noche en el desierto de Atacama: estrellas, planetas, constelaciones, galaxias; cientos, miles, millones; sobre el desierto, sobre las cordilleras, sobre volcanes, montañas y montes… Sobre Chile. Sobre el mundo. El desierto de Atacama al igual que en el día nos recuerda la soledad y fragilidad humana en la noche nos revela respuestas a preguntas que siempre nos hicimos.

 

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