El impresionante edificio que cambió el paisaje de OsloLa Ópera de Oslo está de fiesta: cumple diez años de éxitos y reconocimientos. Durante esta década (poco tiempo, en realidad) se ha convertido en uno de los edificios más icónicos de la ciudad y del país. Además, se encuentra en uno de los barrios con mayor crecimiento de la capital, Bjørvika, destinado a ser el nuevo centro cultural y que dará mucho que hablar en los próximos años con la inauguración del Museo Munch o la Biblioteca Deichman, una de las más modernas de Europa. Conviene, para clarificar el asunto, bucear en los antecedentes. Con más de 600.000 habitantes, Oslo, centro económico, político y cultural del país, está experimentando uno de los planes de desarrollo urbano más ambiciosos de Europa. El proyecto Fjord City, iniciado en los años 80, preveía una remodelación a largo plazo de los antiguos muelles y zonas industriales, concediendo gran protagonismo a la arquitectura más vanguardista y al diseño. El objetivo era conectar el corazón citadino con el fiordo, sin menoscabar el entorno natural. Se comenzó con la construcción del barrio Akker Brygge, a la orilla del fiordo, seguido por el barrio Tjuvholmen, donde se encuentra el Museo Astrup Fearnley, y luego se rehabilitó la zona alrededor del Puerto de Oslo, con el representativo edificio de la Ópera, inaugurado en abril de 2008. Luego se unió al cambio el conjunto de edificios conocido como Barcode en el barrio de Bjørvika. Oslo es, por antonomasia, la ciudad de los vikingos. Es arte y es cultura. Es Henrik Ibsen y Edward Munch. Aquí se entrega el premio Nobel de La Paz y aquí está situada la Ópera de Noruega, protagonista del paisaje en la última década. El interior del edificio está construido fundamentalmente con madera de roble – EIRK BERG/Den Norske Opera & Ballett
El edificio de la Opera de Oslo, diseñado por el estudio de arquitectos noruego Snøhetta, está situado a la derecha del puerto de la ciudad. Su exterior anguloso en blanco parece surgir del agua y durante todo el año sus visitantes pueden subir al techo para disfrutar de las vistas a la ciudad y al fiordo de Oslo. Sus enormes ventanas a ras del suelo facilitan que puedan verse los ensayos o las actividades que se desarrollan en los talleres. El interior del edificio está construido fundamentalmente con madera de roble. El vestíbulo principal tiene forma de herradura, como tributo a los teatros clásicos de la antigüedad. Sus tres escenarios ofrecen un variado e interesante programa: el Auditorio principal tiene capacidad para 1.369 espectadores, el segundo auditorio para 400 espectadores, y el Estudio tiene capacidad para 200 personas.

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