La solución que podrían dar los restaurantes a la moda de compartir racionesUn coqueto restaurante en San Pedro de Alcántara, Marbella, con una carta variopinta que incluye platos asiáticos y americanos en una peculiar fusión. Hora de la cena. Dos matrimonios se sientan en una de las mesas y piden varios primeros para compartir. Entre ellos unas gyozas (empanadillas japonesas) de carne de cerdo y unas albóndigas de pato laqueado. Cuando llegan a la mesa, en cada uno de los dos platos hay cinco unidades. Cinco para cuatro personas. ¿Qué hacen con la albóndiga que sobra? ¿Y con la gyoza? ¿Las parten en cuatro mínimos trozos o las sortean entre ellos? Este es un caso real sucedido hace escasos días, pero que se repite una y otra vez en los restaurantes. Ceñirse a unas raciones de tamaño invariable (absurdamente impares casi siempre) demuestra una falta de flexibilidad muy preocupante. Desde hace unos años, en España hemos ido renunciando a la forma clásica de comer, que incluía un primero y un segundo para cada comensal, con un postre para rematar. Ahora, lo habitual empieza a ser compartir entre todos algunas raciones, o medias raciones cuando estas aparecen en la carta, que se colocan en el centro de la mesa. En los restaurantes más sofisticados incluso esas raciones que se comparten se emplatan individualmente para cada persona. Es sin duda una fórmula más divertida e informal, que permite probar más cosas y rompe con la rigidez anterior. Una rigidez que curiosamente se mantiene en muchos establecimientos. No en todos, porque hay sitios donde se especifica el tamaño de la ración y se ofrece la posibilidad de redondearla. Incluso, en algunos, más inteligentes, se cobra por unidades. Si somos cuatro, otras tantas albóndigas, o gyozas, o croquetas, o lo que sea. No parece tan difícil. Simplemente hace falta una mentalidad abierta para adaptarse a las necesidades de los clientes. Recomendación Preguntar primero. Cuando pidan unas raciones para compartir pregunten cuantas unidades llevan. Y pidan que se las adapten al número de comensales. Si el maître es un buen profesional, intentará atender a lo que solicitan. Pero sigue habiendo restaurantes donde son inflexibles y no les darán facilidades. Sitios para no volver.

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