El templo de todas las religiones donde no se reza a ningún DiosEl pequeño Ildar Khanov (1940-2013) tenía 3 años cuando se despertó en su entierro. Lo habían dado por muerto, durante el resto de su vida aseguró haber visto a Dios cuando estaba en trance y por eso, explicaba, entregó su vida a la filantropía. Khanov era tártaro, nació en Cheboksary, a 160 km de Kazán. En la última etapa de su vida fue un afamado curandero que decía atender a más de 300 pacientes al día, pero se había formado en Bellas Artes y vivió su época dorada al abrigo de la Unión Soviética, era miembro de la Unión de Artistas de la URSS. [Ocho increíbles castillos hechos a mano por una persona] En una visita a su amigo Swetoslav Roerich a la India, donde buscaba acercarse a la medicina oriental y al budismo, le propuso al también artista ruso alzar un templo ecuménico, un edificio que reuniese a los fieles de todas las religiones. Una idea impracticable en una Rusia que castigaba cualquier acercamiento a la espiritualidad. El templo en el que no se reza El objetivo del edificio es reunir a todas las culturas – WP
El 1994 la coyuntura política le permitió emprender su proyecto soñado y él mismo comenzó a construir el edificio con sus propias manos, con la ayuda de quince albañiles. Siempre tuvo claro cuál sería su emplazamiento: el lugar en donde creció. Se trataba de una empresa de riesgo porque no era propietario de ese terreno, aunque justificaba su determinación y trabajaba despreocupado, alegando que se trataba de un proyecto que estaba «levantando por sí mismo» y que «por eso las autoridades no debían decirle nada». En el Templo de Todas las Religiones no se reza a ningún Dios. «La idea no es fundir en un centro a todos los cultos, que tienen una historia y una necesidad cultural propia, mi objetivo es reunir a sus fieles, crear un lugar donde las personas puedan comunicarse», explicó el artista al diario francés Le Figaro. «No es un lugar de adoración sino de cultura», advirtió. Khanov quería crear un monumento a la paz. Su templo sería una escuela de arte para niños, un orfanato, un centro de desintoxicación y un museo de arte pictórico: «Ya tenemos un teatro activo y vamos a tratar de interpretar a Shakespeare en siete idiomas este año», explicó al mismo diario en 2012. Pero Khanov murió un año después, con el edificio prácticamente terminado y un homérico proyecto que apenas era un cigoto. «Este templo es un 3% de mi plan final». Un proyecto inacabado El ideólogo del proyecto murió sin terminarlo – WP
El artista no tenía ningún tipo de formación en arquitectura, pero en sus casi 20 años de dedicación estuvo a punto de terminar su templo. Los cientos de metros cuadrados de colosales utopías coloristas atraen a muchos turistas a lo largo del año. Curiosos, los visitantes se acercan a la construcción llamados tanto por su historia -tan romántica- como por el estallido surrealista de los diferentes signos de sus cúpulas: desde fuera se aprecian la arquitectura de una mezquita atada a una sinagoga que se funde con una iglesia ortodoxa. El artista legó todos sus bienes a su familia y su hermano Ilgiz Khanov, que está a punto de terminar el proyecto, una empresa en la que también empeñó años de sufrimiento. El capataz y mano derecha de su hermano se consideró dueño del templo a la muerte del artífice y emprendió un cruento procedimiento legal que finalmente se resolvió en favor de su hermano. Tras el fallo del juicio, el trabajador prendió fuego a una parte del edificio, los daños materiales fueron simbólicos, pero al apagar las llamas encontraron el cadáver del obrero entre los escombros.

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