Por norma general, las maratones suelen ser pruebas intensas, que requieren una alta preparación y muchas horas de entrenamiento detrás. Pero no siempre tienen que ser pruebas exigentes destinadas a atletas de máxima exigencia, es más, a lo largo de los años han ido surgiendo carreras populares donde la originalidad de la mecánica de la carrera o lo estrafalarios que sean los participantes se impone a lo estrictamente deportivo, en esta definición podría encajar la San Silvestre Vallecana, en la que cada noche de fin de año las cámaras apuntan más al disfraz llamativo que al propio ganador. Este tipo de carreras consiguen tener popularidad por ofrecer algo distinto que el resto. Es el caso de la «
Maratón du Médoc
», quizá una de las variantes de atletismo más llamativas por combinar el atletismo y la cata de vinos. Este evento tiene lugar en Francia, en las localidades de Pauillac, Saint Estephe y Saint Julien, pueblos al norte de la región de Burdeos, cuna de algunos de los mejores vinos del mundo. Esta competición tendrá lugar el próximo sábado 8 de septiembre en la localidad du Médoc siendo su edición número 33 desde 1984. La carrera consta de 42.195 metros, con las peculiaridades de que en los avituallamientos se sirve vino, aparte de agua, fruta o bebidas isotónicas y se debe de realizar disfrazado. El origen de este evento surge de algo meramente anecdótico, debido a que en la primera edición, 500 participantes tenían la meta de terminar la carrera atraídos por los caminos de tierra y arena, los castillos y los espectaculares viñedos. En ediciones siguientes, la gente salía de sus casa a observar el paso de los corredores para ofrecerles lo mejor que tenían: el vino. De esta forma la anécdota se convirtió en tradición. A lo largo de la carrera, los participantes pueden catar al menos veinte clases de vinos locales, lo que podría llegar a considerarse una ruta de vinos, además de especialidades locales como ostras, queso o helado. Las paradas en los distintos puntos donde ofrecen comida y bebida hace que esta maratón sea de las más largas pero a la vez de las más lentas. Es de las más largas no por su extensión, sino por el tiempo que tardan los corredores en terminar la prueba, por esto, la propia web la califica también como la más lenta. El número de atletas que realizan esta prueba está en torno a 8.500, pero para ediciones como la anterior se registraron más de 16.000 solicitudes. Pese a que los dorsales se agotaron a las pocas horas de ponerse en venta, este evento supone una oportunidad para los hoteles de los alrededores, debido a que este acontecimiento no solo consta de la carrera en sí, sino que se alarga durante tres días. El día ante de la carrera se realizan actividades en los muelles y en el centro de la ciudad, bares de tapas y la noche de las «Mil Pastas», en el Chateau Marquis de Terme, reservada para 1.450 invitados para una degustación de comida y bebida típica de la región. El día de la carrera comienza con la presentación de los disfraces que van a disputar la carrera, seguido de la caravana publicitaria que permite que sea posible esta competición. Al terminar la maratón, hay una serie de espectáculos en el muelle antes de proceder a la entrega de premios. Por la tarde, a las 19:00, comienza otra degustación previa a la cena, para terminar la velada con fuegos artificiales y un baile. Por último, el siguiente día a la competición se dedica al turismo de la zona de Margaux, un almuerzo en el Chateau Marquis de Terme y otra visita a pueblos gastronómicos. Los ganadores de la carrera, el primer hombre y la primera mujer en cruzar la línea de meta, consiguen como premio su peso en botellas de vino de algunos de las mejores bodegas, un premio valorado en miles de euros. Además, una parte de los ingresos obtenido durante los días que dura el evento va destinada a dos acciones de caridad, en esta edición colaboran con HANDI CHIENS, -misión de educar y dar perros de asistencia de forma gratuita a niños y adultos con discapacidades motrices- y ARSLA -organización destinada a promover y acelerar la investigación de proyectos de ciencia para el ser humano, responder a las necesidades cambiantes de los pacientes para promover el acceso a la atención y mejorar la calidad, y aumentar la conciencia sobre la enfermedad de ELA con eventos a lo largo del año-. Correr una maratón de 26 millas siempre es un desafío, pero, aunque es posible que durante algunos tramos de la carrera se olvide que se está en plena maratón, a lo largo de travesía recuerdan un dicho popular francés a modo de alentar a los competidores: «El dolor es la palabra francesa para el pan».