Este destino secreto, situado a orillas del mar Adriático, cuenta con ciudades medievales de cuento, montañas de postal, monasterios milenarios y playas paradisiacas.
La península balcánica acoge uno de los secretos mejor guardados de Europa: Montenegro, un país que no se suele incluir en las listas de lugares que visitar. Sin embargo, quien pone un pie en él queda abrumado por la belleza y por los contrastes de este destino.

Uno de esos lugares que deja con la boca abierta es la bahía de Kotor, el mayor tesoro natural de Montenegro y de la costa dálmata. Su paisaje recuerda a los fiordos noruegos y el mejor modo de descubrir la bahía es subiéndose a una de las barcazas turísticas que parten de la romántica Perast, suspendida en la época barroca, con maravillosos edificios del siglo XVII y varias iglesias interesantes.
Estas pequeñas naves llevan a las dos curiosas y minúsculas islas de Gospa od Skrpjela y Sveti Djordje. Al fondo de la bahía se encuentra la ciudad que lleva el mismo nombre. Allí, un laberinto de callejuelas empedradas, placetas tranquilas y esbeltos edificios centenarios decoran el casco antiguo.

Entre las gruesas murallas que protegen la ciudad de Kotor se encuentran joyas como la plaza de Armas y su torre del Reloj, la catedral de San Triphon y la iglesia ortodoxa de San Lucas. Su pasado Veneciano se plasma en sus elegantes palacetes barrocos y su herencia turca y mediterránea, en la enorme calidez de sus habitantes.

También en la bahía de Kotor se encuentra la playa infinita de Velika Plaza, de 13 kilómetros de largo y con aguas azul turquesa espectaculares. Está ubicada en la ciudad de Ulcinj, casi en la frontera de Albania. Su casco antiguo, uno de los más antiguos en la costa del mar Adriático, es una joya arquitectónica con calles empedradas y un mosaico de culturas y religiones.

Otra de las ciudades más visitadas de Montenegro es Budva, que hoy es un destino de sol y playa, y también es una de las más antiguas del Mediterráneo, pues data del siglo V a. C. Una muralla separa sus dos mundos: el de la ciudad vieja, con un casco antiguo amurallado de calles estrechas de piedra, plazoletas y callejones que nos transporta a la Venecia más medieval; y el de sus playas de arena fina y aguas de color azul intenso recorridas por un paseo marítimo que está animado a cualquier hora del día.
PARAÍSO NATURAL
Pero Montenegro es también uno de los destinos donde la naturaleza se hace sentir a cada paso. Esto se nota en el Parque Nacional de Biogradska Gora, donde se encuentra Biograd, un lago glaciar al pie de la montaña Bjelasíca que es el más grande y el más famoso de los siete diseminados por este espacio protegido.

Compitiendo con él también está el lago Skadar, la mayor concentración de agua dulce de los Balcanes y uno de lagos más grandes de Europa, el tercero en concreto, con unas dimensiones de 44 kilómetros de largo por 14 de ancho y 40.000 hectáreas.

Otro parque nacional es el de Lovcen, un espacio protegido a orillas del mar Adriático que esconde numerosas construcciones típicas de montaña llamadas ‘katun’ y el monumento a Petar II Petrovic-Njegos, el que fuera soberano y príncipe obispo de Montenegro entre los años 1830 y 1851.

A este se une parque de Durmitor, Patrimonio de la Humanidad, que posee altos riscos, bosques, profundos cañones, lagos y cuevas glaciares, como la célebre Cueva de Hielo.

Por último, cabe destacar los montes Prokletije, también conocidas como ‘las Montañas Perdidas’, un lugar perfecto para los amantes del senderismo.
Uno de los edificios religiosos más importantes de la ciudad de Kotor es la catedral católica de San Triphon.
Pese a que sigue siendo un destino desconocido para muchos, Montenegro cuenta con lugares preciosos y dignos de ser visitados. Montenegro es un país de contrastes. Las magníficas playas de arena blanca y aguas azul turquesa rivalizan con los picos montañosos más impresionantes, donde la naturaleza se abre paso en cada rincón.
El lago de Biograd es glaciar y se encuentra al pie de la montaña de Bjelasíca. Es el más grande del Parque Nacional de Biogradska Gora.
El agua está muy presente en todo el país. Por un lado, gracias al mar Adriático, pero también a los impresionantes lagos que salpican toda la geográfica montenegrina.

GUÍA PRÁCTICA
HOTEL AJANA Este alojamiento de cuatro estrellas se encuentra situado en la ciudad de Ulcinj, a menos de un kilómetro de la espectacular playa de Velika Plaza. Además, cuenta con un estupendo restaurante.
KONOBA SCALA SANTA Es una de las mejores opciones para comer en la ciudad de Kotoc. Su oferta va desde la típica gastronomía montenegrina hasta otros platos más modernos. Todos ellos elaborados con grandes productos.
QUE PUEDES VISITAR CERCA DE MONTENEGRO
SVETI STEFAN
Solo ocho kilómetros separan Budva de este antiguo pueblo de pescadores fortificado allá por el siglo XV que antiguamente era una isla, pero ahora permanece unida a tierra por un istmo de arena.

