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Procesión, Madrugá, Gran Poder, Semana Santa, Sevilla

Andalucía, en Semana Santa, huele a incienso y a azahar; y es impensable disfrutar de la belleza de sus capitales de provincia (o de los infinitos pueblos blancos que salpican su geografía) sin emocionarse con la entonación de una saeta o estremecerse con el silencio de una multitud que espera la llegada de los pasos históricos que dan vida, año tras año, a la Pasión de Cristo. Así, durante siente días, Andalucía se transforma por completo y se convierte en un escenario único donde conviven arte, historia y devoción, y se prestan al disfrute de locales y visitantes que quieren vivir la intensidad de estos días.

  • Huelva. Ya sea en la capital de provincia, o en Ayamonte, el municipio más singular de Huelva, la Semana Santa destaca por su solemnidad y por enclavarse en un marco natural muy especial que, además, tiene aromas marinos. Durante el recorrido nocturno de la mayoría de las procesiones, puede sorprender a aquellos que se acerquen por primera vez a la capital onubense que los niños pidan cera a los cofrades para engrosar las bolas que, año tras año, van formando.
  • Cádiz. Desde la plaza de la Candelaria se puede formar parte de sus históricas procesiones, características por la pasión y entrega de sus cofradías que, al son de tambores, trompetas y cornetas, acompañan las imágenes que inundan las calles estos días. Cabe destacar que, además de Cádiz, los municipios de Jerez de la Frontera, San Fernando, Sanlúcar de Barrameda o San Roque, entre otros, también merecen una visita, pues la Semana Santa de todos ellos está catalogadas como Fiestas de Interés Turístico.
  • Sevilla. Es difícil no emocionarse con la devoción de los miles sevillanos que participan en su Semana Santa, con las saetas, los silencios que retumban por sus calles o con los pasos históricos que dan forma a cada una de sus procesiones. Aunque lo mejor es alejarse de la carrera oficial para disfrutar de su belleza, merece la pena acercarse a alguno de los templos para ver las salidas y recogidas de los pasos.
  • Córdoba. Las proezas de los costaleros que, de rodillas, agazapados, en pie, ajustan el paso a la entrada del templo, después de horas procesionando, son uno de los momentos más intensos de la Pasión cordobesa. Además, pasear por sus calles a la luz de los cirios de los cofrades es una experiencia única de estas fechas.
  • Málaga. Una de las procesiones más populares de Málaga, dentro y fuera de Andalucía, es la de los Legionarios, de Interés Turístico Internacional, el Jueves Santo, pues cada año, miles de turistas se acercan para ver el desembarco de los soldados y para escucharlos entonar su himno, ‘El novio de la Muerte’, mientras procesionan el Cristo de Mena.
  • Granada. Pasear el barrio de Albayzín la noche del Jueves Santo es una de las actividades que no hay que dejar de hacer si se visita Granada en Semana Santa, pues se podrá admirar a las tres Vírgenes del barrio, la de la Concha, la Estrella y la Aurora, mientras abren paso al Cristo del Silencio, una de las procesiones más emotivas de la Pasión granadina.
  • Jaén. Historia, tradición, arte, liturgia y religiosidad son los componentes que no fallan en la Semana Santa jienense, pues combina la solemnidad propia de la Pasión castellana con el esplendor andaluz de estas fechas. Especial importancia cobra la procesión de ‘El Abuelo’, como llaman popularmente a la imagen de Jesús Nazareno, que recorre la madrugada del Viernes Santo las calles de esta ciudad andaluza.
  • Almería. Ser testigos de excepción de los encuentros de las hermandades de Almería es una de las maravillas de su Semana Santa, en la que nunca falla el aspecto musical, la solemnidad de todos los participantes y el arte sacro de todos los pasos que dan forma a su Pasión.
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