Viajar a Cracovia

La que fuera antigua capital de Polonia es una de las poblaciones más vibrantes del país gracias a su Luz, su arquitectura y la historia que atesora en cada uno de sus rincones.

La historia y el futuro se mezclan a la perfección en las calles y los edificios de Cracovia. No en vano esta ciudad fue la capital de Polonia desde 1038 hasta 1596 y fue una de las primeras ciudades en el mundo declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 1978. Hoy, esta urbe moderna, dinámica y cosmopolita es la más visitada del país y para muchos también la más bonita y atractiva, ya que viajeros de todo tipo encontraran en ella lo que buscan. Los amantes del turismo religioso se deleitarán gracias a las impresionantes iglesias con las que cuenta y la huella del papa Juan Pablo II, que encontró el camino espiritual en la que siempre considera la ciudad de su vida. Y los apasionados de la historia disfrutarán intensamente, ya que Cracovia fue uno de los lugares que marcaron la vida de muchas personas de la Segunda Guerra Mundial y su pasado esté ligado a la huella del Holocausto.

LA RUTA MONUMENTAL DE CRACOVIA

Recorrer el casco histórico, arropado por el bonito parque de Planty, lugar donde se encontraban las murallas defensivas de la ciudad, es sumergirse en la historia polaca. Una de las visitas imprescindibles es Rynek, la plaza del mercado, que está salpicada de monumentos como la lonja de Paños, la iglesia de Santa Maria o la torre del antiguo Ayuntamiento. También en el centro se puede conocer el Museo Czartoryski. Allí se encuentra el espectacular cuadro La dama del armiño, de Leonardo da Vinci. Después, el paseo llevaré hasta el barrio universitario, donde no hay que perderse en el Colegio Maius, y no solo porque es una joya de la arquitectura gética, sino también por ser un interesante museo con los tesoros astronómicos de Copérnico, su alumno más ilustre. Para completar la ruta monumental por Cracovia, hay que visitar dos lugares únicos. Uno de ellos es la catedral de Wawel, que representa un importante testimonio de la historia y es el lugar de coronación tradicional de los monarcas polacos. Otro de los monumentos que no hay que pasar por alto es el castillo de Wawel, una majestuosa fortaleza desde donde se puede disfrutar de la panorámica de la ciudad con la mítica brecha del río Vístala.

HUELLA DEL HOLOCAUSTO

Ningún turista puede permanecer ajeno a lo que fuera el gueto de Cracovia, el lugar donde vivían los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. De él solo se conserva un pedazo de muro, pero para recordar lo que allí ocurrió esta la escalofriante plaza de los Héroes del Gueto, en la que los judíos esperaban para ser deportados. Las sillas vacías simbolizan los objetos cotidianos que trataban de llevarse consigo creyendo, tristemente equivocados, que su destino era una vida mejor. También se puede visitar el Museo de Schindler, otro hito de la memoria. En la misma fábrica en la que este informante de las SS decidió salvar a unos mil doscientos judíos durante el Holocausto ofreciéndoles trabajo, hoy se exhibe un paseo por la historia de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial, un acontecimiento que cambió el rumbo de la historia.

La importancia del turismo religioso por Cracovia

ZAKOPANE

A poco más de dos kilómetros de Cracovia se encuentra esta espectacular población, que se extiende a los pies de los montes Tatra. Ofrece un destino de viaje perfecto para los apasionados de la naturaleza, los deportes de invierno, la vida nocturna y la gastronomía.

IGLESIA DE LOS SANTOS FLORIÁN

Una de las iglesias: que más sorprenden de la ciudad polaca es la de los Santos Florián debido a su arquitectura, sus formas y el contraste de colores.

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