22 de enero de 2003. ABC es el único periódico que dedica su portada a un congreso gastronómico que comenzaba ese año entre una cierta indiferencia de los medios y de los políticos. Portada dedicada a Ferran Adrià, quien ya por entonces era el más importante cocinero español y que contribuyó de manera determinante al éxito de esa primera edición. 25 de enero de 2011, Adrià, en su momento de mayor gloria sube al escenario para anunciar el cierre de su restaurante El Bulli. Una noticia de impacto mundial. 28 de enero de 2019, el cocinero regresa a Madrid Fusión. Durante una larga temporada, la organización del congreso anuncia que Adrià vuelve para comunicar una importante noticia. Incluso se utiliza su imagen como reclamo para esta décimo séptima edición. Como todo lo que rodea a este genio, expectación máxima. Nunca el auditorio del Palacio Municipal de Congresos acogió tanta gente, ansiosa de escuchar en primera persona al gran cocinero y sus nuevos proyectos. Y al final, decepción. Con todo el respeto que me merece Adrià, su brillante trabajo de tantos años que he seguido siempre con admiración, lo de ayer no fue más que humo. Un resumen de cosas ya conocidas que se habían ido desgranando en los últimos años. Una web cargada de contenidos para difundir el conocimiento; la Bullipedia, que ya tiene publicados varios volúmenes (muy interesantes por cierto); una zona expositiva que básicamente ya hemos visto en la exposición con la que ha dado la vuelta al mundo; o un espacio para debatir ideas. Nada que no supiéramos. En cualquier caso, una gran operación de marketing que ha vuelto a poner a Madrid Fusión en el candelero. Lástima que mucha gente abandonara el auditorio tras esa ponencia. Porque se perdieron cosas verdaderamente importantes como la exposición que hizo Ricard Camarena de sus trabajos con salsas hechas a partir del producto principal de sus platos (esa holandesa de anguila) o con semiconservas que permiten alargar en perfectas condiciones la duración de determinados productos de su huerta como los tomates. O la brillante intervención de Oriol Castro y Eduard Xatruch, con su secuencia de la gamba roja, tratada en cuatro pasos con importantes aportaciones técnicas y de concepto, desde la masa sin harina de una tortillita de gambas hasta la utilización de la parte interior de la cabeza de para hacer unos «sesos de gamba» a la romana. Dos ejemplos de que en Madrid Fusión hay muchas cosas de interés y no debería hacer falta humo para venderlo.