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  • Eslovenia es un paraíso desconocido en pleno corazón de Europa.
  • Situado entre Italia, Austria, Hungría y Croacia es un país de enorme belleza por diversidad y contrastes.

Liubliana

Eslovenia, de la que tanto se ha hablado en los últimos días, es un paraíso desconocido en pleno corazón de Europa. Este pequeño país de la Unión Europea se sitúa entre Italia, Austria, Hungría y Croacia. Estamos en país de una belleza incomparable gracias a la diversidad y contrastes que ofrece esta unión del Mediterráneo y los Alpes. En nuestra visita a Eslovenia no hay que dejar de ver dos ciudades, su capital Liubliana y Maribor.

Liubliana, la capital verde
La capital del país fue en 2016 Capital Verde Europea. La ciudad suma a este reconocimiento “verde” numerosas atracciones turísticas, como la pintoresca orilla del río Ljubljanica, rodeada por árboles y superficies de pasto, “uno de los jardines botánicos más antiguos de Europa” o  el Parque Tivoli, el “principal y más bonito de la ciudad.

Imponente se alza también otro de sus grandes reclamos, el Castillo de Liubliana, que luce sobre una verde colina que corona el casco histórico de la ciudad y se rodea de senderos a la sombra de los árboles. Esperan al turista el Puente de los Dragones, construido a principios del siglo XX y flanqueado por cuatro dragones (símbolo de la ciudad), y la Catedral de San Nicolás, con los frescos, mármoles y detalles barrocos de su interior.

Otro atractivo de Liubliana es la plaza Preseren, al pie del castillo, que es el centro de la población por su ubicación en el corazón histórico y a la que se accede por el precioso Puente Triple que, tal como indica su nombre, son realmente tres puentes en uno. Dos los utilizan los peatones y por el del medio circulan los vehículos.

Los amantes de los museos pueden visitar la Galería Nacional, con piezas de arte que datan desde la Edad Media hasta el siglo XX; el Museo de Arte Moderno, con obras de artistas eslovenos del siglo XX; o el Nacional, que muestra un recorrido de la historia de Eslovenia desde la prehistoria hasta nuestros días. Por último, un paseo por las plazas Mestni trg, Stari trg and Gornji trg, rodeadas de edificios barrocos y medievales y repletas de restaurantes y cafeterías.

Maribor y el vino
Maribor encierra el encanto de una ciudad antigua, con sus callejuelas del barrio judío o la catedral Slomšek. No debemos dejar pasar por alto la visita a la plaza del Castillo, con su fortaleza y museo, a la plaza central y la Cámara Municipal.  

Paseando por el casco viejo de la ciudad, Lent, uno puede visitar la Casa de la Vieja Vid. Aquí está el reclamo más singular de Maribor: la vid viva más antigua del planeta y que continúa dando uvas, registrada en el Libro de los Record Guiness, con más de 400 años de antigüedad.

En el centro de la ciudad, debajo de la plaza Trg svodode, se encuentra una de las más grandes y antiguas bodegas clásicas de vino de toda Europa; se extiende en un área de unos 20.000 metros cuadrados y discurre por unos 2,5 kilómetros de túneles por el subsuelo de Maribor. Llevados por el ambiente de la ciudad nuestro paseo puede que desemboque en el parque municipal, uno de los más bonitos de Eslovenia.

Atractivos para alargar el viaje

Tanto en Liubliana como en Maribor habrá que hacer un alto en el camino para degustar algunas de sus especialidades locales. Algunas de las clásivas son el Štruklji (pastel de harina relleno de requesón o crema de nueces), Golaž (carne estofada) o Ričet (sopa elaborada con judías).

Pero si tras ver las dos principales ciudades de Eslovenia aún hay tiempo, deberíamos visitar, por ejemplo, Piran y sus salinas, la Cueva de Postojna, Lipica -cuna de los caballos lipizanos- y Bled. Y su patrimonio natural. Por algo Eslovenia es el primer país del mundo declarado destino verde, según los criterios de Green Destinations.

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