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  • La provincia más al sur de Cataluña guarda un interior lleno de sorpresas: hermosos rincones naturales y bellos y antiguos pueblos.
  • Os sugerimos estos cinco: Miravet, Pratdip, Vilella Baixa, Siurana y Montblanc.

Castillo de Miravet

Tarragona en verano es para muchos la Costa Dorada, sus playas, chiringuitos, restarantes y algún que otro parque de atracciones. Pero la provincia más al sur de Cataluña guarda un interior lleno de sorpresas: hermosos rincones naturales y bellos y antiguos pueblos. De entre estos últimos os sugerimos estos cinco… al menos, para empezar.

Miravet
Está al sur de la comarca de Ribera de Ebro, a 62 km de Tarragona. El conjunto arquitectónico de Miravet está considerado como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura románica catalana. Destaca el castillo templario de Miravet, situado sobre la colina que domina el río y declarado Monumento de Interés Nacional. Se trata de una antigua fortaleza islámica convertida en castillo-convento por la orden del Temple. Al pie del castillo y adaptado a la roca sobre el río Ebro está el pueblo antiguo de Miravet, Cap de la Vila. Hay que perderse por sus calles estrechas y disfrutar sin prisas. Antes de irte cruza el Ebro en la Barca de Miravet. Es el último transbordador original que aún funciona sin motor, cruzando el río tan solo con la corriente del agua y la maestría del barquero.

Pratdip
Se encuentra en el sureste de la comarca del Baix Camp, en las Sierras de Mestral, en el sector más meridional de la Sierra de Llaberia. De terreno quebrado y escarpado, lo más curioso de Pratdip son los dips, de donde proviene el nombre del pueblo. Dice la leyenda que las tierras del entorno del pueblo estuvieron pobladas por una especie de animales llamados dips, variante vampírica del perro. Están representados en el antiguo retablo de la iglesia parroquial de Santa María y en el escudo del pueblo, donde se les dibuja con una pata rota. Hay una ruta de los dips y una app para jugar con los niños a encontrar los ejemplares que «rondan» por las calles. Pratdip está coronado por los restos visitables del castillo. Hay que ver también los lavaderos públicos y los abrevaderos del núcleo antiguo y la iglesia.

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La Vilella Baixa
Este pueblo está situado al este de la comarca del Priorat, al abrigo de la Sierra de Montsant. Situado en lo alto de la colina, La Vilella Baixa data del año 1286 y es obra de la Cartuja de Escaladei; de hecho, su historia está estrechamente ligada a la del Monasterio. Entre los puntos de interés de ésta población sobresalen las altísimas casas sobre el barranco de Escaladei, cuyo perfil han llamado el “Nueva York del Priorat”. También hay que ver el puente de piedra sobre el río Montsant, la Calle que no pasa, la más antigua del pueblo y dónde se observan los trazos medievales del municipio y la Plaza de la Iglesia, dedicada a San Juan Bautista. Se pueden dar estupendos paseos alrededor del municipio a través de los cinco itinerarios turísticos con sus cinco senderos balizados.

Siurana de Prades
Situado al nordeste del Priorat, entre la Sierra del Montsant al oeste y las montañas de Prades al este, está considerado uno de los pueblos más bellos de Tarragona. Por algo fue declarado Paraje Pintoresco en 1961. Siurana de Prades se alza sobre un enorme peñón, por lo que su acceso es algo complicado, pero regala maravillosas vistas panorámicas desde, por ejemplo, La Trona. Hay que ver el Salto de la Reina Mora, una sima conocida con ese nombre debido a la leyenda de la reina mora Abdelazia, hija del señor de Siurana. La localidad conserva restos del castillo árabe, un establecimiento militar o “hisn” bastido hacia el siglo IX como centro de control. De interés también la iglesia de Santa Maria, un edificio de época románica conservado íntegramente. Si visitas Siurana en agosto, recuerda que la Fiesta Mayor es el 15 de agosto.

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Montblanc
Capital de la comarca de la Cuenca de Barberá, Montblanc conserva uno de los recintos amurallados más importantes de Cataluña. Villa Ducal desde 1387, su casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1948. Es obligado recorrer el recinto amurallado y las puertas de San Jorge o de San Antonio, que son las antiguas zonas de acceso a la villa. Resultan de especial interés la Plaza Mayor, la Calle Mayor de Montblanc y la iglesia de Santa María la Mayor de Montblanc, conocida como la Catedral de la Montaña. Si te acercas en septiembre podrás disfrutar de las fiestas de la Virgen de la Serra.

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