Esta antigua villa de pescadores se ha convertido en uno de los municipios gerundenses más visitados en esta época del año, donde se puede disfrutar de calas y paisajes inolvidables.
Lugares en Sant Feliu de Guixols
Fue desde uno de los miradores de Sant Feliu de Guixols donde el poeta y periodista Ferran Agulló Vidal acunó por primera vez el término de Costa Brava para describir toda la franja litoral que comprende en la actualidad las comarcas de la Selva y l‘Emporda.
En esta antigua villa de pescadores, campesinos y grandes astilleros se respira paz y tranquilidad incluso en esta época del año. Además, el puerto lo convierte en un lugar de referencia en la provincia de Girona, cuenta con un importante legado histórico y las huellas de las civilizaciones del pasado están muy presentes.
PARA VISITAR
Un antiguo poblado ibero se estableció en el peñón de los Guixols desde el siglo V a. C. hasta el primero de nuestra era. Tras la ocupación romana, el asentamiento se trasladó al lugar donde se levanta en la actualidad el monasterio de Sant Feliu. Un santo del siglo III procedente del norte de África llego a la villa para evangelizar, y la leyenda cuenta que fue torturado y arrojado al mar en este rincón del país y que después volvió a la vida tras ser rescatado del fondo por los ángeles.
El monasterio, de fundación benedictina, se erigió en el siglo X marcando el origen del posterior núcleo medieval. Poco a poco fue creciendo hasta convertirse en una fortaleza y, aunque el paso de los años ha hecho estragos, aún se vislumbran sus torres y, sobre todo, la Porta Ferrada, los restos de un antiguo edificio que fue aprovechado como claustro por los monjes.
Mientras, el arco de Sant Benet, construido en el siglo XVIII como portada del recinto, crea un marco solemne que enmarca este imponente conjunto, en cuyo interior se encuentra el Museo de Historia de la Ciudad y el Espacio Thyssen-Bornemisza.
Otro de los imprescindibles de Sant Feliu es la ermita de Sant Elm, de estilo barroco y construida en 1452.
Aunque lo más impresionante de ese lugar son sus imponentes vistas de otras poblaciones cercanas y de la furia del mar Mediterráneo. A la lista de lugares que visitar se une también el casino de la Constancia, uno de los edificios más emblemáticos por su estilo y su llamativo y atractivo color.
PLAYAS Y CALAS
La costa de Sant Feliu de Guixols está llena de contrastes. Escondidas entre los acantilados, se encuentran infinidad de pequeñas calas, algunas rocosas y otras de arena.
Desde el sur podemos destacar la cala Canyerets, la cala Vigata y Port Salvi entre otras, hasta llegar a la amplitud de la bahía de Sant Feliu.
En el norte, la playa de Sant Pol conserva, aún hoy, la belleza de las edificaciones del siglo XIX, como la casa de Punxes, y unas aguas claras, tranquilas y poco profundas.
Las calas son uno de los signos de identidad de Sant Feliu de Guixols. Toda la costa está salpicada con estos bonitos lugares en los que el azul del mar contrasta con el ocre de los desfiladeros.
GUÍA PRÁCTICA DE VIAJE
A solo un minuto de la playa, este alojamiento de cuatro estrellas ofrece unas bonitas instalaciones a sus dientes con piscina exterior y un maravilloso restaurante de cocina mediterránea.
El establecimiento cuenta con un variado menú en el que los pescados y mariscos son los grandes protagonistas. Productos de calidad y elaboraciones tradicionales,`esos son sus secretos.
El Museo de Salvamento Marítimo es una antigua estación de salvamento de náufragos situada en la zona del puerto.
Entre las playas, una de las más reseñables es la de Sant Pol, en el norte de la localidad. Todavía hoy conserva la belleza de las edificaciones señoriales del siglo XIX, como es la casa de Punxes un palacio con nueve torres.
El casino de la constancia es uno de los edificios más emblemáticos de Sant Feliu de Guixols por su estilo arquitectónico y sus llamativos colores. Fue construido en el siglo XIX y no como un lugar de juego, sino como un centro de reunión, como una biblioteca y un foro de discusión.
¿Qué visitar cerca de Sant Feliu de Guixols?
PALAMÓS
Solo 20 minutos separan Sant Feliu de Guixols de esta maravillosa villa. Uno de los lugares más emblemáticos es la cala de S’Aguer, de 50 metros de longitud, donde hay un pequeño bardo de barracas del siglo XV.