Un gran clásico de Rioja

Sus orígenes son parte de la historia viva de Rioja. Viña Ardanza toma su nombre de uno de los apellidos de las cinco familias riojanas y vascas que en 1890 fundaron la bodega La Rioja Alta, S.A. en el Barrio de la Estación de Haro. La plaga de la filoxera, que impulsó a finales del siglo XIX el nacimiento de muchas de las bodegas de este célebre Barrio y la llegada a la localidad de Haro de enólogos franceses, supuso que estas nuevas casas elaboraran sus vinos durante sus primeras décadas con un estilo muy francés debido a la importante influencia bordelesa.

Así, era habitual que en las etiquetas de los vinos aparecieran referencias al estilo de su elaboración: «Estilo Medoc», «Estilo Sauternes» o, como en el caso de los primeros Viña Ardanza, «Estilo Borgoña». Ése era el patrón enológico bajo el que se elaboraba este vino, de ahí precisamente el uso de la botella borgoñona que hoy persiste. Así se gestó el Viña Ardanza, el vino que más fama ha dado a La Rioja Alta, S.A. Un vino que el transcurrir de los años ha transformado en emblemático, y que, por sus características intrínsecas, su originalidad y personalidad, siempre ha sido el gran referente de esta bodega.


Source: Viajes y Turismo

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