En esta bonita localidad cántabra, Santillana del Mar, parece que se ha parado en el tiempo. Sus edificios, sus calles adoquinadas, su ambiente rural y la cueva de Altamira atraen a miles de viajeros y los transportan a otra época.
Santillana del Mar, más conocida como ‘la villa de las tres mentiras‘ porque ni es santa ni es llana ni tiene mar, se ha convertido en la Capital del Turismo Rural en 2019.
Situada en Cantabria y declarada Conjunto Histórico-Artístico, su coqueto carácter medieval, con palacios señoriales, casas de hidalgos y torres de los siglos XIV a XVIII, y, por supuesto, la cueva de Altamira invitan a miles de turistas a viajar a Santillana del Mar, acercarse cada año hasta allí para descubrir sus atractivos turísticos y también disfrutar del ambiente que desprende esta bonita villa cántabra.
CASCO HISTÓRICO DE SANTILLANA DEL MAR
La primera parada del viaje a Santillana del Mar no puede ser en otro lugar que en la colegiata de Santa Juliana. Declarada Patrimonio de la Humanidad, también es Monumento Nacional desde 1889. La localidad debe su nombre a este monumento, que en su día fue un monasterio levantado en el siglo XII por unos monjes agustinos que depositaron las reliquias de la mártir santa Juliana. Estos monjes convirtieron la colegiata en el edificio más importante de Cantabria, una magnífica iglesia de tres naves con un espectacular claustro conformado por columnas dobles y arcos de medio punto, fieles al estilo románico.
Dentro del templo destaca el retablo mayor, del siglo XV, que descansa bajo unas bóvedas de crucería en un estado de conservación increíble.
Pero si por algo se caracteriza el municipio es por sus huellas medievales, que quedan reflejadas en algunas de las torres más emblemáticas de aquella época, todas de estilo gótico. Muestra de ello es la del Merino, conocida popularmente como ‘la torrona’, que sirvió como vivienda del merino, es decir, el representante del rey de ahí su nombre.
Muy cerca de allí se encuentra otra torre muy importante, la de Don Borja, de carácter militar.
A solo dos kilómetros del casco antiguo se encuentra la cueva de Altamira, descubierta en 1879, que alberga pinturas rupestres de escenas de caza realizadas quizá hace más de veinte mil años.
Los campos que rodean Santillana del Mar se caracterizan por el esplendor y el color verde, sobre todo en esta época del año. El aire que se respira allí reconforta.
Aunque el municipio no tiene mar a solo siete kilómetros se encuentra una bonita y coqueta playa, la de Santa justa. Entre las rocas de sus acantilados se esconde una sorpresa: la ermita del mismo nombre y una de las edificaciones más nobles de Santillana.
Y no hay que olvidar la torre de Velarde, que también sirvió como vivienda. Las calles de la localidad albergan también casas y palacios renacentistas. La riqueza que supuso la conquista del Nuevo Mundo permitió traer a Santillana del Mar el poderío suficiente para construir casas magníficas como la de los Hombrones o la de los Bustamante.
Cabe destacar también el palacio de las Arenas donde se asentó la orden de los Dominicos, el Parador Nacional Gil Blas o la Casa Consistorial.
ICONOS DEL MUNICIPIO
A solo dos kilómetros del centro de Santillana del Mar se encuentra el símbolo más importante de la zona: la cueva de Altamira, considerada como la Capilla Sixtina del Paleolítico. La famosa cueva fue descubierta en 1879 y casi desde entonces es objeto de estudio por paleontólogos e historiadores. De hecho, el estado de conservación del arte rupestre que alberga en su interior le ha servido para convertirse en 1985 en Patrimonio de la Humanidad.
Las pinturas reflejan representaciones de caza y de la vida diaria de hombres que existieron hace más de quince mil arios, aunque se cree que la cueva fue habitada hace más de veinte mil. Y, aunque Santillana no tiene mar, muy cerca de allí, a unos siete kilómetros, se ubica la playa de Santa Justa, junto al puerto de Ubicarco. Es una excelente opción para disfrutar de las bondades del Cantábrico y descansar del exceso de monumentalidad que regala Santillana. Como atractivo añadido, las rocas de los acantilados guardan una sorpresa: la ermita de Santa Justa.
En Santillana del Mar parece que el tiempo se haya parado. Sus calles adoquinadas y empinadas y sus casas de estilo medieval transportan al viajero a otro tiempo donde el ritmo de vida era más lento y pausado.
Uno de los símbolos de la ciudad son sus casas renacentistas y sus palacios solariegos, que fueron construidos gracias a la riqueza y el poderío que supuso la conquista del Nuevo Mundo.
GUÍA PRÁCTICA DE SANTILLANA DEL MAR
LA FUENTONA DE SANTILLANA
Este establecimiento rural cuenta con un encanto especial gracias a su granja de animales y a su spa. La ubicación es única, ya que está situado en plena naturaleza.
RESTAURANTE EL BISONTE ROJO
Tanto turistas como habitantes eligen este local para degustar la rica gastronomía de la zona a un precio asequible. No olvides pedir el entrecot o el bacalao.
QUE PUEDES VISITAR CERCA DE SANTILLANA DEL MAR
CASTRO URDIALES
A solo una hora de Santillana del Mar se encuentra esta espectacular villa marinera, en la que destacan la iglesia gótica de Santa María, el faro que guía a los marineros desde 1853 y el castillo. Después de recorrer las callejuelas del casco antiguo, merece la pena darse un pequeño homenaje y disfrutar de su exquisita gastronomía.
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1 Comment
Uno de esos pueblitos que te transportan en el tiempo en un viaje hacia el pasado. Sin dudas una escapada muy recomendable para quienes busquen un destino cerca de Santander en el que sacar hermosas fotos. Un saludo!