Rema en el Nera.

Umbria es: agua, montaña y emociones.

Es genial salir de excursión un sábado por la mañana, sin planes concretos y con sólo la idea de ver el campo y dejar de escuchar el ruido constante y espantoso de la ciudad pero, eso sí, con un sitio rico, elegido para comer y después, hacer lo que se tercie. Pero más genial es cuando el plan cambia 360 grados y el sábado se convierte en una experiencia espectacular.

Todo sucedió así, sin haberlo planificado. Íbamos de camino al norte de Italia desde el centro de Roma. La carretera A1, la Autopista del Sol en Italia, es una gozada. Recorre desde Nápoles hasta Milán, es de peajes y la tienen muy bien mantenida, y lo mejor de transitar por esta autopista, es que se va conectando con infinidad de pueblos y ciudades que merecen la pena descubrir.

La salida a ORTE, es como una salida muy común pues desde allí, se puede llegar a Terni, Todi, Spoleto, Perugia, Assisi, Sansepolcro, Solomeo, etc. etc., digamos que para nosotros ya es como una rutina emprender camino por esta carretera.

Italia sorprende incesantemente, los pueblos están por lo general muy escondidos y para llegar a ellos muchas veces piensas que te has equivocado, ya sea porque el GPS te indica que has llegado a tu destino y a la vista no se ve nada de lo que buscas o porque el navegador te lleva por carreteritas que piensas que ha sido el momento de despedirte de esta vida, pero por lo general, te llevan a parajes insólitos y maravillosos como ha sucedido esta vez.

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Buscando algunas atracciones ya en la zona de Terni, apareció una sugerencia a la que nos apuntamos, sin pensarlo, sin meditarlo y sin prepararlo: hacer rafting en UMBRIA, que tal como lo subraya el organizador:

“Il rafting in Umbriaè una attività divertente ealla portata di tutti. E’ un’emozione da praticare in totale sicurezza.Non c’è bisogno di avere doti particolariper poter scendere in Rafging, poiché è il mezzo più sicuro e piacevole per affrontare le rapide del fiume Nera”

(El rafting en Umbria, es una actividad divertida y para todos. Es una emoción para vivirla con total seguridad. No se requiere tener dotes particulares para poder descender en Rafting, porque es el medio mas seguro y placentero para afrontar los rápidos del río Nera)

No os puedo describir lo que ha sido hacer rafting en esta parte de Italia, son de esas experiencias que se viven de repente y que merecen muchísimo la pena.

Hicimos la prenotazione para las 16.00 hrs. Llegamos puntuales, menos mal que tienen los trajes de neopreno colgados fuera de su negocio, en un perchero al lado de la carretera provincial porque sin ellos, colgados de esta manera, no hubiera sido nada fácil encontrar el local.

A continuación, llegaron los que iban a ser nuestros compañeros de travesía, un matrimonio que vive en Rimini y sus dos hijos, uno de 7 años y medio y el otro de 5.

Serena, que es con su marido Tomasso, la propietaria del NERA RIVER, nos explicó detalladamente el equipo que nos daría y que es obligatorio para el descenso del río que consta de casco, salvavidas, traje de neopreno y zapatillas. Serena nos dio todas las facilidades, nos ofreció también el uso de toallas, baños, duchas y vestidores. También nos invitó a comer una de las manzanas recién cortadas de su jardín.

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Una vez que nos vestimos, Serena nos llevó a la orilla del río en donde nos esperaba Tomasso que es el instructor. Un hombre súper simpático y sobre todo, con una enorme experiencia en lo que se refiere a descensos y competiciones en canoa, kayak, Zodiac, etc. etc.

Después de una breve lección de cómo usar los remos y cómo situarse en la Zodiac, nos lanzamos al agua y ya no paramos, empezamos a remar inmediatamente, todo empieza tan de repente que cuando te das cuenta, ya estás dentro de la corriente siguiendo las órdenes del gran Tomasso: tutti avanti!.

Con Tomasso conocimos los animales que habitan en la zona del río y como se comporta el agua del Nera. Además de remar marcha adelante y marcha atrás, nos hizo realizar varios ejercicios de supervivencia en caso de naufragio con menores, otro fue el de cruzar el río de un lado a otro andando sobre las piedras, todos cogidos formando un circulo y soportando la corriente.

El recorrido duró una hora y media, remamos a ratos por tramos cortos, pasamos algunos rápidos magistralmente gracias a las indicaciones de Tomasso, atravesamos el río andando, algunos quisieron probar descender un tramo del río nadando, aprendiendo como hacerlo con la complicación que existe en este tipo de ríos con una corriente fuerte pero con muy poca profundidad.

Muchas veces el miedo a lo desconocido nos echa para atrás buscando excusas, en esta ocasión echaba para atrás el desconocimiento del río, la falta de zapatillas de baño, ir sin toallas y algunos de los participantes iban inclusive, sin haber llevado el traje de baño, pero a todo le ponen solución en este peculiar paraje. Al final cuando es uno capaz de intentar algo nuevo, la experiencia suele ser muy agradable.

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